El Estudiantil y el Vista Alegre pasan de la alianza al choque
Pol
Las dos partes admiten desavenencias y cuestionan el proceso de fusión
15 Oct 2020. Actualizado a las 05:00 h.
El proceso de fusión al que se comprometieron en verano el Club de Fútbol Vista Alegre y la Agrupación Estudiantil parece abocado al desencuentro. No en vano, las dos partes admiten desavenencias y así lo han hecho constar en las últimas horas vía burofax. Lo que no está claro es de qué manera se puede desenredar una alianza a la que todavía le quedan fases por delante pero que ya ha dado pasos, es decir, de qué forma se puede desandar el camino si finalmente se consuma el divorcio.
Hace un año el Estudiantil, club radicado en la parroquia estradense de Loimil, ganó por vía judicial su plaza en Tercera División. A partir de ese momento empezó a pensar en un nuevo emplazamiento en el que pudiese disponer de más apoyos e instalaciones.
La directiva negoció con el Concello de Pol, en Lugo. El acuerdo estaba ya sobre la mesa, solo pendiente de ser ratificado. Y nadie estampó la firma. Sin apenas solución de continuidad, el Estudiantil y el Vista Alegre daban cuenta de una entente de filialidad encaminada a desembocar en la fusión de ambos clubes de cara a la temporada 21/22. Arturo Fandiño, anterior presidente de la entidad de A Estrada, explicaba el contexto: «Aquí no hay ningún interés económico, no hay dinero de ningún lado y este acuerdo beneficia a los dos clubes. El Estudiantil tiene a partir de ahora un interesante futuro y la cantera del Vista Alegre se beneficiará de tener una importante referencia en una categoría de relevancia».
Todo apunta a que esos buenos propósitos irán a parar a vía muerta, a tenor del cruce de burofaxes de esta semana. Manuel Varela, presidente del Estudiantil, comunicó por este canal a José Ángel Mosquera Suárez, homólogo del Vista Alegre y también secretario del colectivo estradense, su «cese» en este último cargo. También indica que «con motivo de los desacuerdos y el distanciamiento de posiciones con la entidad C. F. Vista Alegre, ha acordado [el Estudiantil] cesar en las relaciones dirigidas a entablar y sentar un proyecto común encaminado a la fusión de ambas entidades».
Cuando se le pidió a Manuel Varela si podía explicar la fórmula que seguirían para no llegar a la fusión, no quiso entrar en detalles y no dio opción a plantear cuestiones como si el Estudiantil prevé retornar a Loimil o buscar nuevo compañero de viaje.
Cambio de decoración
En agosto las dos partes se comprometían por escrito a «sentar las bases de un proyecto en común que permita culminar la fusión por la que la entidad C. F. Vista Alegre absorba a la entidad Estudiantil C. F. y consecuentemente sea don José Ángel Mosquera Suárez quien se haga cargo de la gestión, control y gobernabilidad del club resultante de la fusión». Entre tanto, las decisiones sobre cuestiones relacionadas con el futuro de ambas entidades serían tomadas por mayoría simple en un comité integrado por tres miembros de cada parte.
Es en este punto en el que los dirigentes del Vista Alegre expresan su desazón, al sentirse apartados de la gestión. Y lo hacen constar en un burofax. «Solo se nos llama para que abonemos facturas y nos preocupemos de gestionar los campos de entrenamiento con el Ayuntamiento y para cubrir las necesidades económicas de ciertos jugadores». Así lo recogen en uno de los apartados.
También indican su desacuerdo «con el aumento de los presupuestos y la gestión realizada por Jesús Lobato [el director deportivo]». Y lamentan el «cambio de claves» que les impide acceder al intranet de la federación.
El presidente azulgrana reclama el reembolso de 7.920 euros, una deuda que «viene motivada por el impago del material de entrenamiento (petos, conos, vallas, citas, etc), cuotas correspondientes a la gestión deportiva, póliza de seguro de pretemporada, test covid realizados a la plantilla, adelanto de salarios de jugadores, pago de servicios de los utilleros, impago de la habitación donde reside un jugador».
Los dirigentes consideran que el Estudiantil se ha aprovechado de «la buena voluntad» del Vista Alegre para trasladarse «de manera fraudulenta» a Santiago «con lo que ello genera (uso de instalaciones deportivas municipales) y la revalorización del propio club a efectos de una futura venta de la entidad».