El futbolista que se va de vacas
Portomarín

18 Dec 2015. Actualizado a las 05:00 h.
Recién estrenada la treintena en lo que a edad se refiere, Sergio Arias (Portomarín, 1985) le sigue dando patadas a un balón de fútbol. Aún le queda cuerda para recorrer los campos de Galicia. Esta campaña lo hace en el Racing Vilalbés, conjunto que milita en Tercera División. A su actividad como deportista le añade la profesión de ganadero. Utiliza las tardes para entrenar junto con sus compañeros y las mañanas, para irse de vacas. Pero no para descansar, sino para atender la explotación que regenta en su Gonzar natal.
Lejos de los campos de fútbol, la jornada laboral de Sergio Arias suele arrancar alrededor de las 7.45 horas. Se levanta para atender a una explotación que cuenta con unas 235 cabezas. Todas ellas enfocadas a la producción de leche. Pero, aunque pasa muchas horas en un ambiente de mugidos, el ariete reconoce que desempeña un oficio que no le «roba mucho tiempo».
Los animales se alimentan dentro de los propios establos con los típicos servicios de «cátering» que se introdujeron hace años en Galicia. De esta manera, se elude la labor del pastoreo. Ya por las tardes, cuando Sergio se va a entrenar, su madre toma el relevo para hacerse cargo de las necesidades que puedan tener los animales.
El jugador le presta atención diaria a las vacas y, con ello, desempeña un oficio que cuenta con tradición en la familia. «Esto viene de viejo», señala. No obstante, como a otros muchos ganaderos, no se le escapa las dificultades que atraviesa el sector. «Está claro que no está bien», medita. «A ver si la gente sigue mirando para el campo», agrega.
«Lo mío es, más o menos, una rutina. Y es compatible con el fútbol», afirma Sergio. Todo ello, a pesar de que ha ampliado la actividad. La explotación principal se halla en Gonzar, pero el jugador también ha adquirido una parcela en Calde, a las afueras de Lugo, para criar novillas.
El tren perdido del Valencia
Sergio Arias vivió sus mejores años como deportista en filas del Lugo, club al que llegó en 2006. Fue fichado por los rojiblancos procedente del Monterroso, un conjunto que militaba en Primera Autonómica. Sobre el césped, dejó actuaciones memorables, como la firmada en Pasarón ante el Pontevedra (0-5) en una tarde en la que marcó cuatro tantos. Fue en septiembre de 2009.
Con una potencia demoledora, el delantero se abrió paso en Segunda B a base de goles. Hasta el punto de que llegó a llamar la atención del Valencia. Pero el de Portomarín rechazó la posibilidad de marcharse al equipo de Mestalla. Pasado más de un lustro desde que aquel tren pasase por su puerta, reflexiona: «En aquel momento, yo era titular en el Lugo. Qué mejor que estar en casa. Después, se torció la cosa y la oportunidad no volvió a aparecer».
Después de abandonar el equipo de la ciudad de la muralla en 2010, Sergio Arias hizo carrera en Tercera División. Racing de Ferrol, As Pontes y Vilalbés fueron sus siguientes destinos. Los años han pasado, pero el delantero no ha olvidado la promesa que hizo en sus campañas de apogeo: no colgar las botas antes de vestir la camiseta del Portomarín, un conjunto que en la actualidad milita en Tercera Autonómica. «Lo haré, pero no sé cuándo. Aunque supongo que pronto, porque los viajes se me hacen cada vez más largos», afirma. Mientras pasan los inviernos y algunos de sus compañeros lo van dejando, él hace acopio de experiencia como ganadero.
La explotación en la que trabaja el futbolista cuenta con alrededor de
235 animales