La Voz de Galicia

Alcaldes de Lugo en pie de guerra por el vaciado de los embalses para lucro de las energéticas

Portomarín

UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ
Campeonato de regata en el embalse de Portomarín

Varios regidores reclaman estabilidad del nivel de agua: «É o mínimo tras a inxustiza de empobrecer os nosos pobos dende hai 60 anos», denuncian

12 Jun 2021. Actualizado a las 12:27 h.

Los alcaldes de Portomarín, Paradela, O Páramo o Taboada, ubicados en la cola del embalse de Belesar, han decidido abrir un debate presente desde hace «moitos anos» sobre la «necesidade de aplicar unha política medioambiental á empresa Naturgy», quien tiene la concesión. Los regidores declaran que la actuación de esta entidad desde el año 1963, cuando se construyó la presa, deja sin agua a los concellos lucenses «sen ningún aviso previo», transformando el paisaje fluvial en un «entorno seco e pantanoso». Afirman que esto impide que los ayuntamientos «aproveiten o seu maior recurso» y que los vecinos se queden sin un entorno idílico de ocio.

 

«Nos últimos anos todo o mundo tivo que readaptarse ás políticas de sostibilidade ambiental, por que as hidroeléctricas son una excepción?». Esa es la reflexión que lanza el alcalde de Portomarín, Juan Serrano, y ante la que los regidores lucenses afectados quieren llegar hasta donde sea necesario para solucionarla. Desde la construcción del embalse, la empresa hidroeléctrica no tuvo que adaptar su actuación a la regulación medioambiental. «Tan só se lle deu a concesión Belesar 2, coa que teñen que producir 21,6 megavatios de turbinación ecolóxica», explica Serrano. Por tanto, la empresa puede decidir sin pegas la fluctuación del agua. «En Portomarín pasamos do cen ao cero cunha degradación ambiental e unha erosión importante de todo o medio».

CONSECUENCIAS

Imposibilidad de ocio deportivo

Los concellos de Taboada y Portomarín llevan años afianzando su Club Náutico, pero todo su trabajo siempre está supeditado a las decisiones de la hidroeléctrica sobre la fluctuación del agua. De hecho, este mes el Concello de Taboada tuvo que llamar a la eléctrica de urgencia porque estaba planeado un campo de regata y no había agua suficiente, según cuenta el alcalde, Ramiro Moure. «Non se pode programar nada», denuncia. Esta falta de aviso previo mantiene en vilo actualmente al alcalde de Portomarín, cuyo club acogerá este mes una Copa de España con más de 900 deportistas. «Esperemos ter agua», declara. Además, ni el municipio cuenta con el catamarán de la Diputación ni los vecinos pueden anclar sus barcas.

Embalse de Portomarín con un nivel de agua muy bajo, donde se puede apreciar el antiguo puente anegadoALBERTO LÓPEZ

Destrozo paisajístico

Todos los concellos afectados por el embalse pertenecen a la Ribeira Sacra, por lo que es evidente que hay un reclamo turístico esencial. La bajada del agua hasta dejar las riberas totalmente secas ahuyenta a los visitantes. Lo afirma el alcalde de Paradela, José Manuel Mato, que está promocionando la ruta de Aldosende, la cual pierde su riqueza cuando no hay agua. El municipio de O Páramo es el menos afectado, ya que el agua solo llega a cuatro parroquias, pero su regidor, José Luis López, apoya las reivindicaciones porque también sufre el cambio drástico de paisaje.

Poder hacer vida cerca del agua es un reclamo turístico y también un impulso para que nuevas personas se instalen en la localidad. Por eso los alcaldes lucenses apelan a seguir un modelo europeo que potencie el concepto ‘lago'. «A central térmica de As Pontes tivo que pechar polas emisións e na mina de carbón fixeron un lago. O medio ambiente estivo por riba do lucro económico», ejemplifica Serrano. Además, recuerdan que la política de embalses ha determinado que se aplace la candidatura de la Ribeira Sacra a patrimonio de la humanidad.

DEMANDAS

Diez metros de fluctuación del agua

Ante estas consecuencias que se mantienen desde hace años, los alcaldes demandan que la Xunta atienda su situación e imponga una normativa que establezca una fluctuación de diez metros. «A cota máxima do embalse é de 330 metros sobre o nivel do mar, para as actividades deportivas de Portomarín sería preciso que non baixara dos 312 metros, polo que lle quedan 18 para facer as súas políticas», explica Serrano. En potencia, el embalse de Belesar podría mover un tercio de su capacidad, cuyo máximo es de 655 hectómetros cúbicos. Los regidores lucenses aseguran que durante los 15 primeros años del embalse, nunca vieron los pueblos anegados, por lo que la fluctuación actual es un motivo «puramente económico».

Compensación económica

La construcción de la presa, que conllevó la pérdida de casas y negocios, para los vecinos «nunca tivo compensación» y tampoco generó trabajo. Es por eso que los alcaldes reclaman una compensación económica por «xustiza histórica». Mato plantea que el canon catastral, que «tanto nos custou conseguir que a eléctrica pagase», debería ir para los lugareños. Los regidores recalcan que el embalse fue un «empobrecemento» para los pueblos, que para nada ayuda a «iso do que tanto falan do rural e a Galicia baleira».


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