Una joven podóloga de Lugo abre su segunda clínica en un año: «Quiero dar servicio al rural y a los peregrinos»
Portomarín

A sus 28 años, Alba López es la responsable de la céntrica Clínica Armesto, que este lunes amplió sus instalaciones a Portomarín
24 May 2022. Actualizado a las 15:15 h.
Quien no arriesga no gana. Sino que se lo digan a la lucense de 28 años Alba López. Hace un año abrió su propia clínica de podología en la ciudad de Lugo con «la incertidumbre de estar aún en plena pandemia». Este lunes ya estaba inaugurando su segundo local en Portomarín, que brindará un nuevo servicio a los vecinos del rural y también a los peregrinos.
La lucense, que se define como «culo inquieto», lleva trabajando desde los 18 años, mientras estudiaba la carrera. Al terminar, se empleó como podóloga en otras clínicas. Pero con el parón de la pandemia, pensó que era el momento de «arriesgar» y abrir su propio local. «Me puse a mirar bajos y mientras estuve trabajando en un supermercado porque tenía miedo de que no funcionase», recuerda. Sin embargo, la policlínica Armesto, ubicada en la calle Doutor Xermán Alonso Hortas, ha sido un éxito. «No te voy a engañar, no fue fácil, un día lloraba y al otro estaba contenta».
Para muchos lucenses, la podología sigue siendo algo «secundario», y más aun en momentos de crisis como el provocado por la pandemia, como cuenta la especialista. «Mucha gente mayor pensaba que podía aguantar o solucionar alguna patología en casa. No vinieron hasta que no soportaban el dolor», relata López. Otros además seguían teniendo miedo a contagiarse de coronavirus. Aun así, López hizo clientela. «No hay nada mejor que un paciente te diga que nunca había visto a un sanitario al que le gustase tanto su trabajo», asegura. La dedicación y la pasión por su especialidad es seguramente la mejor arma de Alba López para acabar de estrenar su segunda clínica en solo un año. «Mi idea siempre había sido estudiar Medicina, pero no me dio la nota y ahora estoy convencida de que todos los caminos me llevaron hasta aquí, me encanta mi trabajo».
En Portomarín, con cita previa
Armesto, el nombre de su local, es el apellido de su abuelo. «Él era de O Páramo y siempre decía que en esos concellos nunca tuvieron el servicio de podología», explica. Por tanto, la joven empezó a mirar en qué municipios haría falta una clínica de podología y, tras las facilidades puestas por el Concello de Portomarín, decidió instalarse en la localidad de la Ribeira Sacra.
«El gobierno local no puede hacer una inversión para abrir un consultorio, así que con mi clínica podrán tener servicio tanto los vecinos de Portomarín como los de Paradela, O Páramo o Guntín». Igual que su abuelo, si los habitantes de los concellos más pequeños necesitaban acudir al podólogo, tenían que desplazarse hasta Lugo. «Quiero darle este servicio». Entre todas las localidades de Lugo que no cuentan con un especialista escogió Portomarín también por el gran tránsito de peregrinos, una clientela que precisamente sufre dolencias en los pies en cada etapa. Alba López atiende sola la clínica de la ciudad y, de momento, también lo hará con la de Portomarín. Para no cambiar el horario de la de Lugo, atenderá en el municipio del Camino con cita previa.
Especialidad en diabéticos
Quien pase por Portomarín en su peregrinación a Compostela podrá curarse sus heridas, ampollas o traumatismos. «Hay mucha gente que hace el Camino con el calzado inadecuado u otra que lo empieza sin estar acostumbrado a la carga térmica, es lo más común», explica.
Entre los pacientes más allá de la ruta jacobea, Alba atiende todo tipo de dolencias, pero se está especializando en cirugía y también en los pies de las personas que sufren diabetes. «Su reducción del riego sanguíneo hace que las heridas o las uñas clavadas que puedan tener en los pies no le duelan, por lo que no se dan cuenta de que la tienen hasta que sale pus», explica. Por tanto, eso puede provocar úlceras que, en algunos casos, tienen que ser derivados directamente el HULA e incluso terminar en amputaciones. Para evitar este tipo de problemas, Alba López recomienda a los diabéticos hace revisiones periódicas en el podólogo.