Emilio, criador de aves de Sarria: «No somos maltratadores, pruebo la comida antes de dársela a los pájaros»

En la parroquia de Farbán, en Sarria, se esconde un muestrario de aves exóticas que Emilio Díaz nutre desde que tiene 15 años. Desde que obtuvo su primera ave, criarlas se convirtió en su pasión y su forma de vida. Son 40 años de aprendizaje, trámites y dedicación que ahora ve tambaleando por la nueva Ley de Bienestar Animal. La norma limita la cría de animales a profesionales y solo a una lista concreta de especies. «Yo como particular no podría, acaban con una forma de vida». Es por eso que es el responsable de fletar buses desde A Coruña, Lugo y León para una manifestación organizada el 5 de febrero en Madrid, a la que acudirán particulares y empresas del sector de toda España.

NÚCLEO ZOOLÓGICO

Emilio Díaz tiene unas 22 especies de aves, además de perros, gatos, cabras y caballos. Por eso, está registrado como núcleo zoológico. «Me llevó tres años y tuve que gastarme unos 5.000 euros», asegura. Eso implica que tiene unas instalaciones adecuadas y un contrato de servicio veterinario para el cuidado o la retirada de cadáveres. Además, cada animal cuenta con su factura correspondiente, están registrados y localizados con una anilla.

Este es precisamente uno de los puntos por los que está en contra de la nueva ley. «Se va a requerir un núcleo zoológico para quien tenga más de cinco animales, lo que podría ser alguien que simplemente tenga cinco periquitos», explica. Quien esté en este caso, según Díaz, deberá pasar unos «trámites burocráticos espantosos» que dificultarán tener varios animales en casa.

QUIÉN CRÍA ANIMALES

La nueva ley dictaminará qué animales son de compañía y quién los puede criar, lo que es el principal artículo que afecta a criadores como Emilio Díaz. Las aves del sarriano están en cautividad y se reproducen. Según el proyecto de ley de Bienestar Animal, la cría estaría limitada a los profesionales, es decir, aquellos responsables de la actividad de la cría de animales que consten en el Registro de Criadores de Animales de Compañía.

El sarriano destaca el labor de los criadores con las especies en peligro de extinción. «Actuamos como reservorio de especies en peligro y se dieron casos donde consiguieron reactivar la población salvaje», asegura. En su caso, aunque las aves en su mayoría son tropicales, tiene estudiada las condiciones que necesitan cada una de ellas. «Para que un ave de la otra punta del mundo decida reproducirse es que mal no están», puntualiza.

Díaz dedica varias horas diarias de su vida a cuidar de todos sus animales, sacrifica tiempo con su familia y ha hecho cursos de aspectos alimenticios y veterinarios. «El cuidado es tal que yo pruebo la comida antes de dársela a los pájaros. En una ocasión compré varios kilos de nueces, probé varias, estaban rancias y las tiré», cuenta.

QUÉ ANIMALES SE PUEDEN CRIAR

En cuanto a los animales permitidos, Emilio Díaz no sabe si la ley va a prohibir alguno de los suyos. Está contemplado la elaboración de un «listado positivo» con las especies que van a considerarse animales de compañía y, por tanto, a permitirse. Por el momento solo son perros, gatos y hurones. «Se contempla permitir solo especies autóctonas, que no son ninguna de las mías», explica. De hecho, una de las prohibiciones que consta en el proyecto de ley es la cría de animales silvestres alóctonos, aunque no especificaron las excepciones. El sarriano se pregunta entonces qué harían con los animales y defiende que su cuidado con él es exquisito.

Toros sí, cría no siempre

Emilio Díaz explica que a la manifestación acudirán criadores, veterinarios o responsables de empresas de piensos. Pedirán la eliminación de la ley porque «no puede aplicar a todos los sectores la misma política». El sarriano recuerda que mientras la caza o los toros fueron los puntos de más controversia, pero finalmente en los que hubo permisividad, ámbitos como la cría en cautividad saldrán perjudicados.

El criador espera poder continuar con su gran pasión, pero destaca que si llega a aprobarse la ley «perjudicaría a miles de criadores y a todo el tejido productivo del sector».