El capón de Vilalba sube de precio y conserva su tirón: «Si trajese más, vendería el doble»

Cada ejemplar se vendió a unos 120 euros como mínimo en la Feira do Capón de Vilalba. En el certamen, celebrado este miércoles en la capital chairega, se agotaron las existencias: se llevaron al mercado unos 200 y a las doce del mediodía era tarea casi imposible encontrar alguno para comprar.

Una de las vendedoras presentes en la feria de Vilalba, Elia Cruz, procedente de Felmil (Begonte), había despachado a las doce del mediodía los veinte capones presentados. Su única queja era no haber aportado más aves: «Si trajese más capones, vendería el doble», decía tras haber escuchado la inútil petición de un visitante interesado en comprar este afamado producto.

Las impresiones de otras vendedoras (acudieron unas 20 a la feria) eran muy similares, tanto en el reconocimiento de que las ventas habían sido buenas como en la necesidad de haber subido los precios por el alza de los costes de producción,. Comprar un capón por 100 euros era posible en el mercado del año pasado, aunque algunos se acercaban a los 140. Este 2022 ya resultaba tarea imposible encontrar alguno por debajo de los 110 euros.

Además del aumento del precio de la luz, en los criadores se notaba malestar por el incremento del coste del maíz: por ejemplo, un saco de 30 kilos cuesta ahora cuatro o cinco euros más que en el 2021. Lo que ho ha cambiado, en cambio, es el interés de los compradores de diferentes lugares. Clientes de toda Galicia, de Madrid, de Barcelona o de Valencia hicieron sus encargos como de costumbre. 

Los que habían agotado existencias lamentaban no disponer de más mercancía: «Se máis houbese, máis se vendería», decía Lucía Freire, de Santaballa. Lucía Cortiñas, de Goiriz, acudió con su hermana, Sandra, y con su madre, Oliva Souto, una de las más conocidas criadoras del municipio. «Vendéronse moi ben. E máis que houbera...», afirmaba.

Vuelta a la normalidad

También en el Concello, organizador de la feria, se notaba una sensación agradable. La concejala de Feiras e Mercados, Antía Rama, resaltaba que la feria de este año suponía la vuelta a la completa normalidad tras las restricciones y las preocupaciones derivadas de la pandemia. Para Rama, la afluencia de público a la feria, celebrada en una carpa que se colocó en la céntrica plaza de la Constitución, es una muestra del interés que despierta esta iniciativa.

La alcaldesa, Elba Veleiro, dijo en la entrega de premios que la cría de capón era una muestra de posibilidades: «Non é só vivir no rural senón do rural», manifestó. Jesús Pérez recibió el premio al mejor par de capones; Francisco Castiñeira, el de mejor cesta; Oliva Souto, el de mayor número de ejemplares presentados y el de mejor criadora, y Jesús Domínguez, el precio especial de trayectoria, asistencia a la feria y relevo generacional.