Vitálik Buterin, el creador del ether fan de los unicornios
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Con tal solo 27 años, atesora ya una fortuna que lo ha convertido en el multimillonario más joven del negocio de las criptomonedas
20 Jun 2021. Actualizado a las 18:10 h.
Nada y mucho que ver con Satoshi Nakamoto, el supuesto padre del bitcoin. Nada, porque, a diferencia de lo que ocurre con este último, del que nada se sabe; de él, todo se conoce. Y mucho, porque es el creador de otra famosa criptomoneda: el ether. Hablamos de Vitálik Buterin, el fundador de la plataforma Ethereum. Tiene solo 27 años y una fortuna que lo ha convertido en el multimillonario más joven de la industria de las criptomonedas. Nació en Kolomna, una ciudad-distrito de Moscú -hermanada con Astorga, por cierto- donde vivió hasta que su familia decidió cambiar de aires y mudarse a Toronto en busca de una vida mejor. El pequeño Vítalik tenía entonces solo seis años.
Pronto destacó en el colegio canadiense en el que lo matricularon sus padres. Tanto que acabó siendo trasladado a una clase especial para niños superdotados. Torpe en las relaciones con los demás; pero un hacha en matemática. Y fueron precisamente esas dificultades para entablar relaciones las que llevaron al joven Vítalik a entregarse, con una pasión desmedida, a los videojuegos, a los que dedicaba horas y más horas. Un cambio introducido en el juego de sus amores por Blizzard, la empresa propietaria, fue lo que llevó al ruso, ahora residente en Suiza, a acabar dando con sus huesos en el mundo de las criptomonedas. «Bendita la hora», me imagino a Vítalik pensando cuando lo recuerda.
El caso es que aquello le pareció al joven -tenía entonces 17 años- toda una afrenta. Una decisión despótica. Un desaire a la comunidad en toda regla. Cuenta la leyenda que esa noche lloró hasta quedarse dormido. Lo dejó. Se acabó lo de los videojuegos. A otra cosa, mariposa. Y fue buscando eso otro en lo que volcarse como despertó en él el interés por el bitcoin. El primero en hablarle de él fue su padre. Luego vinieron otros. Y el hoy genio ruso de las criptomonedas aplicó su máxima de que cuando «escuchas hablar dos veces sobre una cosa, merece la pena dedicarle algo de tiempo para saber más sobre ello, porque puede que resulte interesante».
Poco después de aquello ya estaba metido hasta el cuello en la harina de las criptomonedas. Pasando buena parte de su tiempo participando activamente en foros y blogs vinculados con el bitcoin, para los que acabó trabajando y cobrando, claro está, en la moneda virtual. Después fundaría la revista Bitcoin Magazine, junto al rumano Mihai Alisie, otro entusiasta de las criptomonedas.
Para entonces ya solo tenía ojos para ese mundo. Hasta tal punto que en el 2013, y después de asistir en California a un congreso sobre el bitcoin, dejó su carrera en la Universidad de Waterloo (Ontario) para entregarse en cuerpo y alma a esa idea que bullía en su cabeza. Y si lo pudo hacer fue gracias a una beca que le otorgó la fundación de Peter Thiell, cofundador de Paypal y polémica figura de Silicon Valley. Pero esa, es otra historia.
Y así, hasta que en el 2015 alumbró Ethereum, la plataforma que sustenta al ether, la madre de todos sus éxitos. Esos que lo han colocado en boca de todos, acaparando un titular tras otro. Los últimos relacionados con sus millonarias donaciones a la India en su desesperada lucha contra la pandemia.
Pero, poco le importa a Buterin lo que digan de él. No hay más que echar un vistazo a su particular forma de vestir. Abundan en su armario las camisetas de unicornios, llamas y arcoíris. Nada discretas, sobre todo, rodeadas de corbatas en una reunión. Famosa es también su afición por los gatos, muy presentes también en los peculiares atuendos del ruso. Está claro que lo suyo son los protocolos criptográficos. De los otros, poco entiende. Visto, lo visto, se podría decir que le importan un bledo.
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