El repartidor del futuro es metálico
Mercados
Los gigantes del comercio llevan años tratando de desarrollar robots que permitan cubrir el reparto de paquetes. En España, un investigador está a punto de sacar al mercado el suyo propio
02 Oct 2023. Actualizado a las 18:39 h.
La revolución de los robots ya ha comenzado. Están entre nosotros y la tecnología permite que cada vez más, estos pequeños o grandes objetos de metal vayan ocupando toda clase de puestos de trabajo. Prácticamente toda cuanta actividad imaginemos, estos aparatos pueden hacerla. Desde poner un tornillo, hasta operar a un humano, pasando por cocinar cualquier tipo de receta. Y, de un tiempo a esta parte, el sector de la logística es el que más ha visto el filón en este tipo de cacharros. Amazon empezó a investigar hace ya algunos años la puesta en marcha de sus robots para la entrega de paquetes de forma autónoma. Los bautizó con el nombre de Scout y con ellos el gigante del comercio online no solo pretendía probar una forma de entrega más rápida y organizada, sino también tratar de reducir las emisiones producidas por la logística más tradicional. No le fue demasiado bien. A finales del año pasado, Amazon aseguraba que había decidido cerrar el desarrollo de este robot porque, al parecer, resultaron ser más lentos en la entrega que los repartidores de carne y hueso..
Pero la compañía fundada por Jeff Bezos no ha cerrado la puerta a seguir avanzando por este camino. Y hace unos años tiraba de cartera para pagar 1.200 millones de euros y comprar así la compañía emergente Zoox, con la que pretende desarrollar un coche totalmente autónomo que le permita avanzar en esto de la entrega de paquetes robotizada.
En este sector, la conocida como última milla (que no es más que la última parte del trayecto que corresponde a la finalización de la entrega), se ha convertido en todo un reto para las empresas. Es aquí donde muchas tratan de optimizar el proceso. No en vano, en estos kilómetros es donde se puede reducir el coste de los envíos y, además, gestionar de forma más eficiente el incremento de las ventas de un modo organizado.
Entrega de comida
Porque de un tiempo a esta parte, ya no solo tiene relevancia la entrega de paquetes, sino también de comida. Desde la pandemia, diversos estudios han demostrado que muchos consumidores prefieren disfrutar de los servicios hosteleros desde la comodidad de sus hogares. Y la entrega de los paquetes de comida supone todo un reto para el sector. En diferentes zonas del mundo ya se han puesto manos a la obra para intentar desarrollar sistemas que ayuden en esta empresa. Y España no ha querido quedarse atrás. De hecho, aquí ya hay quien ha conseguido avanzar mucho en este objetivo. Desde Barcelona, concretamente desde la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el investigador Mohsen Rahmanikivi trabaja para desarrollar el proyecto ADR, un robot autónomo que está pensado para el reparto de último kilómetro (es capaz de recorrer entre 2 y 5 kilómetros) de comida y alimentos: «El robot es autónomo y se conduce solo, tiene forma de cubo y cuatro ruedas. Puede transportar una carga de hasta quince kilos y se desplaza de un lugar a otro gracias a un sistema formado por sensores, cámaras y GPS que le permite detectar obstáculos y avanzar», explica el investigador.
Tal y como explican desde la universidad, la idea de Rahmanikivi surgió hace unos años después de que, conversando con algunos amigos, este emprendedor descubriera que los restaurantes tenían que pagar entre un 30 y un 40 % de comisión a los servicios de entrega de comida a domicilio. Y se puso manos a la obra. Parece que las cosas han avanzado con paso firme porque el equipo que trabaja en el desarrollo del robot ADR prevé poderlo lanzar al mercado dentro de un año aproximadamente. Según explican, estos robots son autónomos y se cargarían al final del día en las estaciones de carga eléctrica dispuestas por las ciudades. Y el mercado potencial es enorme: calculan que cerca de 10 millones de personas piden habitualmente comida a domicilio en nuestro país por lo que no sería raro empezar a ver por el centro de las urbes patrias a estos pequeños aparatos repartiendo hamburguesas o pizzas.
Más que reducir costes
Aseguran que los beneficios son muchos más que la simple disminución de los costes de distribución para los hosteleros. «El proyecto también podría reducir los accidentes en la vía pública que tienen los repartidores».
Eso sí, el futuro no está exento de retos: «A la gente le encantarán los robots, tal como les encantan sus mascotas. Por eso pensamos que para la mayoría de las personas no representarán ningún problema. Nos preocupan, en cambio, cosas como que nos los puedan robar o que se accidenten con algunos vehículos», resume Rahmanikivi. La entrega de pedidos de restaurantes no será la única aplicación posible. Estos robots también podrán usarse para transportar mercancías a hospitales, almacenes o grandes empresas.
La legislación vigente es otro de los retos a los que se enfrentan este tipo de empresas. Es necesario adaptar las leyes actuales a las circunstancias que exigen este tipo de robots, sobre todo a nivel de tráfico y orden de las vías públicas. Habrá que determinar por dónde pueden circular estos robots para minimizar los inconvenientes que puedan surgir. Pero la DGT ya trabaja desde hace unos años para avanzar en esta materia. El futuro cada vez pinta más robótico.