La Voz de Galicia

¿Oro o plata? Su inversión se dispara

Mercados

Álvaro Sevilla Redacción / la voz

Son los metales preciosos más demandados, sobre todo el oro por su cotización estable y carácter resiliente frente a la inflación; la plata, aunque más volátil, sigue abriéndose paso por su menor coste y a pesar de su mayor riesgo; empresas que trabajan a través de la red permiten comprar piezas de ambos elementos sin necesidad de grandes sumas de dinero y realizando un solo clic

11 Feb 2024. Actualizado a las 05:00 h.

El oro ha deslumbrado al ser humano desde hace miles de años. Su brillo y resplandor dorado han provocado cientos de guerras, pero también han generado riquezas interminables que se han convertido en leyenda. Es su demanda sostenida a lo largo de los siglos lo que ha convertido a este elemento, único en la naturaleza, en un «valor reserva» para la economía debido a su cotización estable y a su carácter resiliente frente a la inflación. Tras la pandemia, adquirir oro se ha facilitado todavía más. A golpe de clic, cualquier persona puede adquirir una onza (unos 30 gramos) por algo menos de 2.000 euros. Lanzarse, o no, depende del carácter de cada uno.

«Ahora mismo la demanda es alta, aunque viene así desde hace unos años. A los metales preciosos de inversión les va muy bien cuando a la economía tradicional le va peor. Cuando hay conflictos geopolíticos o problemas como el covid, y se desbarajustan los mercados tradicionales, se vuelve a lo físico, a lo seguro», explica Raquel Herrero, líder del equipo de operaciones con metales preciosos de la firma StoneX Bullion Gmbh, con sede en Alemania: «El dinero que uno pone en una pieza de oro o plata lo lleva consigo, no se evapora y no desaparece en una pantalla».

¿Pero qué le da valor al oro? «Tiene una tradición milenaria como metal que no solo se ha usado como moneda, sino como base para emitirla. La trayectoria histórica del oro no se puede comprar con ningún otro material. Ha sido reconocido en cualquier cultura como el mineral más precioso». Mientras que una onza de oro ronda los 2.000 euros, la de plata está por debajo de los 21. Los motivos, explica Herrero, son claros: «El oro es más escaso y, aunque el valor de ambos fluctúa, en la plata lo hace de manera más violenta. Puede subir mucho más rápido, pero bajar mucho más rápido también. Ese es un riesgo cuando se invierte». Además, a la hora de dedicar la misma cantidad de capital, el peso de la plata es mucho mayor: «Requiere mucho más espacio. En nuestro caso, nuestros clientes reciben el material en casa y es bueno que se cumplan ciertas condiciones para almacenarlo, por ejemplo con una cámara de seguridad en casa o en el banco. No puedes dejarlo debajo de cama».

El perfil del inversor en metales preciosos, sobre todo en oro y algo menos en plata, corresponde a un estilo conservador: «Tienes que pensar a medio o largo plazo. Tradicionalmente se viene cumpliendo que la inversión, si se mira a un plazo de cinco, ocho o diez años, el valor va al alza. Hay que apartar un capital que no se necesite si lo quieres poner en este tipo de opciones. Tienes que pensar a largo plazo como protección a la inflación».

Desde la firma de Herrero, Stone X Bullion, ofrecen múltiples opciones para comprar oro o plata, tanto en monedas como en lingotes. Los precios, lógicamente, dependen de la cantidad de cada elemento que llevan. Disponibles a través de internet, afirma que la autenticidad es total, ya que proceden directamente de las casas oficiales de emisión de moneda de países como Inglaterra, Canadá o Australia: «Por ejemplo, las monedas tienen que ser de curso legal. Igual son de 50 dólares, y podrías hacer una compra de 50 euros en el súper y tendrían que aceptártela, pero la moneda, debido a su contenido de metal, podría estar cerca de los 2.000 euros de valor».

En el caso de que ellos adquieran los metales a un vendedor privado, se certifican en laboratorios, de la mano de expertos, para saber si son auténticos y cuentan con la cantidad de oro o plata que se dice. Para el envío de las piezas apuestan por empresas que aseguran los traslados y que certifican que lleguen al lugar marcado. Desde el covid, Herrero confirma que cada vez son más jóvenes los que apuestan por este tipo de inversiones: «Aunque tradicionalmente el perfil es conservador, puede ser útil para cualquier persona que quiera diversificar sus inversiones. El oro o la plata se pueden incorporar a cualquier cartera. Es muy accesible y se pueden comprar fraccionados. No tienes que invertir un capital grandísimo. Los lingotes los tienes desde un gramo, cinco, 20 a 250 o un kilo». Con las monedas explica que sucede lo mismo: «Se puede meter dinero poco a poco. Con la gente más joven pasa eso. Desde el covid empezamos a notar compras pequeñas cada dos meses. También notamos un incremento en la inversión en mujeres. Las mujeres tenemos un perfil más conservador, pero al poder comprar por internet se incrementó el número. Es algo más aséptico, basta con añadir al carrito de la compra».

¿Existen diferencias entre el oro de inversión y el de joyería? Raquel Herrero explica que sí: «Las joyas no son un producto de inversión. Cuando por ejemplo uno las recibe de una herencia, si las quiere vender le van a ofrecer el peso del metal sin más. En un joya existen unos gastos de diseño que son más elevados. Ha habido un equipo elaborándola y unos gastos de acabado y producción. Hay un trabajo intelectual detrás que motiva ese precio superior». En el caso de las monedas o lingotes de inversión, al coste de extracción solo se añaden la transformación y el envío: «Ese tope sobre el precio del mineral es mínimo en comparación con una joya, que es un artículo de lujo, no de inversión».

Para invertir en oro o plata, además de la opción de comprar directamente las piezas y guardarlas, como ofrece Stone X Bullion, existen también los fondos cotizados (ETF en sus siglas en inglés), que se trata de vehículo de inversión respaldados por un gestor. «El problema que se puede dar, aunque no tiene por qué, es que no todas las onzas que se ofrecen estén respaldadas físicamente. No quiero decir que sean malos per se, pero recomiendo hacer una investigación mínima para asegurarse de que uno pone el capital en empresas de confianza», afirma Herrero, quien advierte que hay otra manera de invertir en metales preciosos. Pasa por comprar directamente acciones de empresas mineras: «Es lo más parecido a la bolsa».


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