La Voz de Galicia

La reindustrialización, en jaque

Mercados

Asunción Serena París

La crisis de grandes sectores productivos genera incertidumbre en la economía gala, donde se han anunciado despidos y cierres en grupos como Auchan y Michelin

24 Nov 2024. Actualizado a las 05:00 h.

 

Este mes de noviembre, los grandes grupos franceses Auchan y Michelin han creado desconcierto al anunciar de forma simultánea sendos planes de supresión de puestos de trabajo en Francia, que afectarán a 3.600 empleados. Esta noticia ha puesto de relieve que no se trata de unos casos aislados sino los más emblemáticos de un goteo de planes sociales que vienen produciéndose en los últimos meses. Una tendencia que contrasta con los años pasados en los que se han ensalzado los beneficios de la reindustrialización y la apertura de nuevas instalaciones en todo el país.

El último en sumarse a los nuevos malos vientos ha sido ArcelorMittal que el pasado martes anunció a sus sindicatos el «posible cierre» de dos centros de servicios industriales en Reims y Denain, que podrían suponer la pérdida de unos 130 empleos. Las razones aducidas, como en la mayoría de los casos, es «el difícil contexto económico» que afecta a sus clientes industriales y automovilísticos.

Las declaraciones del ministro de Industria, Marc Ferracci, no han ayudado a calmar las inquietudes: «Probablemente habrá más anuncios de cierre de centros en las próximas semanas y meses», con la pérdida de «miles de puestos de trabajo», ha dicho recientemente en France Inter.

El último barómetro que publica la Dirección General de Empresas, dependiente del Ministerio de Economía, indica que en el primer semestre del 2024 ha habido «un aumento moderado de aperturas y ampliaciones de centros industriales, con 36 aperturas netas». Pero este saldo positivo hay que relativizarlo en relación con las 176 aperturas del 2022 y las 189 del 2023, sin olvidar que la disolución de la Asamblea Nacional ha generado un período de incertidumbre y los inversores prefieren esperar a ver un poco de claridad.

Solo la industria «verde», que representa casi la mitad de los nuevos centros industriales, sigue mostrando una tendencia positiva (baterías, fotovoltaica, bombas de calor, energía eólica, hidrógeno, etc.).

Los cierres son debidos en parte a las convulsiones sectoriales que sufren los fabricantes de equipos por el descenso de las ventas de coches y la transición a los vehículos eléctricos. Mientras que los gigantes del comercio minoristas se enfrentan a cambios en los hábitos de consumo y el auge de actores que han revolucionado el sector como Amazon, y las industrias inmobiliaria y de la construcción soportan el aumento del coste de los materiales y de los altos tipos de interés de los préstamos.

A estos factores específicos, se añade el hecho de que toda la industria en general se ve afectada por el alto coste de la energía y el débil crecimiento de la economía francesa que, según el Insee, será de 1,1% en el 2024, en parte por las dificultades que afronta la economía alemana, principal socio comercial de Francia. Sin olvidar que «China está adoptando un enfoque muy agresivo con subvenciones públicas masivas, desestabilizando el tejido industrial francés. Y también podría haber medidas proteccionistas por parte de la Administración Trump en Estados Unidos», señala Ferraci.

La gran repercusión en los medios de los planes de despido de Michelin y Auchan ocultan muchos otros que se ejecutan en pequeñas y medianas empresas, frecuentemente subcontratistas de grandes grupos, que a menudo dependen de unos pocos clientes. Según la CGT, que realiza un seguimiento diario de los anuncios de plan de despidos, en un año han registrado 180, con 47.272 empleos amenazados o suprimidos. Su secretaria general, Sophie Binet habla de 150.000 empleos en peligro a medio plazo.

El ministro de Industria, Marc Ferracci, no cree «que la reindustrialización esté en peligro» y prefiere poner de relieve que filiales como la aeronáutica están «en plena forma», aunque reconoce que deben «redoblar nuestros esfuerzos» para evitar una nueva desindustrialización y la consiguiente pérdida de soberanía.


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