«Súbeme la radio»
Motor ON
05 Sep 2017. Actualizado a las 11:45 h.
En este número de agosto de ON, la revista de motor de La Voz de Galicia, probamos tres coches que podemos considerar tecnológicamente avanzados. Se trata además de realizaciones de tres países representativos de la automoción mundial, Alemania, Estados Unidos y Francia. Si nos paramos a comparar similitudes entre modelos tan distintos como el nuevo Audi A8, el Tesla Model X y el Renault Espace vemos que el interior de los tres gira alrededor de grandes pantallas centrales. En el caso del Tesla, los hombres de Elon Musk llevan al extremo la nueva orientación de los grandes automóviles del siglo XXI, en los que una pantalla absorbe el manejo de todos los sistemas del coche. Dicho de otra manera, están desapareciendo los mandos del interior del coche, para sustituirlos por pantallas táctiles desde donde se controla la climatización, la música, la navegación, las luces de ambiente, incluso el comportamiento del coche y muchos otros sistemas.
Si subiésemos a un conductor del siglo XX en un coche actual, lo primero que preguntaría es: ¿Dónde puedo encender la radio o cómo puedo poner la calefacción en este coche?. Hasta la tradicional llave de puesta en marcha tiene los días contados.
El Audi A8 era hace dos generaciones un coche repleto de botones, mandos giratorios y palancas, distribuidas alrededor del conductor, que presumía ufano ante sus amigos de la cantidad de cosas que podía regular desde ellas. Ahora, el propietario del nuevo Audi A8, como el del Tesla Model X, o el amplio Renault Espace, solo tendrá que concentrarse en la pantalla central, dos en el caso del A8, que maneja prácticamente todos los sistemas, dejando el resto de la consola despejada en un ejercicio de filosofía minimalista que seguirá imponiéndose en los próximos años. Y lo mejor de todo es que esos mandos pueden ser y lo serán más todavía, manejados a viva voz por el conductor o acompañantes, facilitando así la atención sobre la carretera del que va al volante. Si ya hablamos con Siri desde los iPhone, para que nos dé información, el futuro del automóvil nos va a deparar largas charlas con nuestro ordenador central al que le podemos decir frases como: «Llévame al banco de Loiba a ver la puesta del sol», «quiero escuchar Despacito» o «súbeme la radio... que está muy baja».
La conexión del coche a través de Internet, que se prodigará también en esta década, acentuará todavía más la dependencia de la gran pantalla, en la que podremos leer las ediciones digitales de La Voz de Galicia, ver los telediarios, o responder a los correos que nos han enviado. La gran pantalla cobrará protagonismo en un concepto de coche que será cada vez más parecido al salón de nuestra casa. Y todo eso se hará abandonando la pasión de los más jóvenes por la mecánica (salvo excepciones cada día más raras). Tendremos que irnos a Cuba para poder ver a un conductor abriendo el capó de su automóvil para comprobar la cala del aceite o cambiando una rueda, algo a lo que ya más de la mitad de los conductores españoles han renunciado. De hecho, en las tertulias de bar apenas se escucha aquello de: «Mi coche tiene doscientos caballos», ahora sustituido por: «Los asientos me dan masajes mientras conduzco» o «Puedo ir sin manos en el volante y sin tocar el freno».