La moto en el futuro de la movilidad
Motor ON
09 Jun 2019. Actualizado a las 05:00 h.
Cada vez más ciudadanos se desplazan en moto. Y el factor principal es claro: responde a las necesidades de la movilidad actual, especialmente en el ámbito urbano. Es una realidad. En lo que llevamos de año la matriculación de vehículos de dos ruedas ha crecido un 13 % en España. Una cifra que se dispara hasta el 23 % en Galicia.
Las necesidades particulares de transporte ya no consisten tan solo en ir de un punto a otro; requieren utilizar en ocasiones diferentes medios y combinar su uso. El transporte es multidestino y multipropósito y, por tanto, multimodal. En esta transformación, el papel de la moto se ha visto acrecentado por su eficiencia, rapidez y sostenibilidad, además de por su bajo coste económico tanto en la compra del vehículo como en su mantenimiento.
Además, la moto es un elemento indispensable en el marco del bum del comercio electrónico y muy especialmente en el transporte de última milla. Los paquetes de Amazon y los servicios de comida a domicilio no llegan solos, llegan mayoritariamente en moto. Los hábitos de consumo crecen en esta línea y, con ellos, el número de trabajadores que desempeñan su trabajo diario subidos a un vehículo de dos ruedas.
Y no solo eso, a medida que aumenta la concienciación social en cuestiones medioambientales, crece la importancia de reconocer los vehículos más sostenibles. En este ámbito la moto muestra datos significativamente positivos: es muy eficiente en términos de CO2, de NOx y de emisión de partículas, respondiendo así de forma satisfactoria a los retos del cambio climático y de mejorar la calidad del aire por razones de salud.
Es una realidad que en las ciudades del futuro habrá menos coches y más vehículos ligeros: bicicletas, patinetes y motos. Es fundamental, por tanto, que las administraciones desarrollen planes estratégicos destinados a estos colectivos, los más vulnerables de la vía. Tanto en materia de seguridad vial como de movilidad.
La regulación de grandes capitales europeas como Londres, Berlín o Bruselas ya cuenta con planes para motos. Pero no hay que irse tan lejos para buscar ejemplos: Vigo es una de las ciudades europeas más avanzadas en este sentido. Ha integrado paradas avanzadas antes de los semáforos, ha incorporado tacos a los pasos de cebra para evitar que los neumáticos se deslicen con lluvia y permite a los motoristas usar el carril bus. Incluso cuenta, en algunas calles, con carril exclusivo para motos para mejorar su seguridad.