La competición espera el banderazo
Motor ON
Automovilismo y motociclismo encajan el duro golpe provocado por el covid-19 a nivel competitivo y económico y buscan la fórmula para rescatar en la segunda mitad del año el espíritu de un deporte que mueve multitudes en Galicia.
24 May 2020. Actualizado a las 05:00 h.
El automovilismo gallego se mantiene a la expectativa, con la mano en el contacto para arrancar en cuanto pueda. La expectativa y la incertidumbre son máximas. También las ganas. La Federación Galega de Automobilismo trabaja en una segunda mitad de año intensa, para reubicar las pruebas que se han aplazado. Asume que alguna no regresará en este 2020 por falta de presupuesto. Julio es la primera fecha de salida, según el presidente de la entidad, Iván Corral. «Hay grandes multinacionales como Pirelli o Recalvi que son conscientes de que los pilotos han realizado una gran inversión y nos animan a continuar por ellos».
Media docena de ralis (entre los que se encuentran el Rías Baixas, Ourense Luíntra, el Botafumeiro y los dos de Lugo) y de subidas y cuatro ralimixes podrían hacer viable la temporada. En el karting las medidas se aplicarían con más facilidad, aplicando distancias de diez metros en la zona de trabajo entre pilotos y la entrega de premios con mascarilla. Anuladas las ceremonias de salida y los tramos espectáculo, será otra manera de concebir la competición. «Ya se verá cómo será el año que viene, pero de momento parece que la norma del CSD establecerá un límite de unos 400 espectadores por curva, y añadiremos más separación entre los equipos en el parque de trabajo, sin que puedan mezclarse sus integrantes, y restricción de público, tanto ahí como en el parque cerrado», avanza mientras añade: «Los coches R llevarán elementos para medir la temperatura a la gente, pediremos al Sergas poder hacer test».
El Supercampeonato N5 se caerá, pero avanza que «por el automovilismo, la federación se apretará el cinturón con las tasas y servicios, ayudando a los organizadores con el fondo de caja, valorando los permisos de organización..., pero los deportistas deben tener retorno económico porque correr es muy caro y no hay que defraudarles. Seguiremos con los 100.000 euros en premios. Somos un motor de la economía de Galicia». «No sabemos el golpe a nivel participativo. Lo que va a salvar a Galicia es el alto nivel que tenía. Aunque no tengamos la misma fuerza, tendremos la misma ilusión», concluye.
ESCUDERÍAS
Los organizadores de las pruebas asumen el impacto negativo. Álvaro Brons, secretario de la escudería Berberecho de Noia, reflexiona: «O rali depende moito de bares e negocios pequenos que agora o pasan mal. Como para ir pedirlles cartos...». «Será moi difícil controlar a miles de persoas, porque afición seguirá habendo e todos quererán ir, e tendo en conta que na organización non hai ninguén profesional. Eu estou no paro e teño máis preocupacións. Quizás habería que dar descanso ós ralis este ano», analiza. Antonio Rodríguez, presidente de la escudería Lalín-Deza (cuyos actos de celebración del 25 aniversario se trasladan al 2021), reafirma: «O aspecto económico é clave, con tantas empresas pechadas. Dependemos moito da hostelería. Se o evento non é completo, non repercute no pobo». «As medidas de seguridade son outra incertidume. Se só se pode correr sen público, ¿que sentido ten? O plantexamento debe cambiar radicalmente. Se se tendía a concentrar ós aficionados en puntos concretos para controlalos mellor, agora hai que dispersalos por todo o tramo, e perdemos en seguridade. Hai que cambiar o coñecido ata agora, incluso vendendo os dereitos a unha televisión, por exemplo», dice.
Ramiro Fandiño, vocal de la escudería Siroco de Narón, cree que «hay que ser solidario y guardar todo para el próximo año». «Somos incapaces de sacar un evento así adelante sin la ayuda del pequeño comercio. La gente es fiel y ayudará a organizar, los ralis son otro mundo, pero otra cosa es controlarla, si ni la policía puede en la calle...», concluye.
La crisis frena a los pilotos
E l actual campeón gallego de ralis, Víctor Senra, lo tiene claro: «Afectará en tódolos sentidos. Eu mesmo teño que ver ben a situación da miña empresa e falar cos patrocinadores». Sopesa no correr todas las citas que quedan del autonómico, si es que se completa el calendario. De hecho, es partidario de rescatar solo algunas de las carreras programadas. «Fácil non será, pero hai que asumilo e o que diga que volverá a ser como antes...», reflexiona. «Aínda que afecte menos por ser ó aire libre, hai que ter sentido común. Este deporte seguirá tendo tirón, porque a nosa afición seguirá ó noso lado», piensa.
Uno de sus rivales por el título, y también campeón gallego, Alberto Meira, corrobora: «Es un palo tremendísimo». Su empresa se dedica a la compraventa, es un taller de neumáticos y además una buena parte de su línea de negocio es la competición. «En el rural, la movilidad está estancada. Además, los vehículos comerciales tampoco se mueven. Esto, unido a los patrocinadores que comprometen un presupuesto anual y dependen de la hostelería, complica el regreso de la competición», analiza. «Habrá que adaptarse, cambiar de hábitos o tener unos ralis restringidos, pero el mundo no se puede detener. Los ralis son un motor económico enorme», defiende.
Apela al sentido común, como también lo hace José Lista. «Agora o prioritario é a nosa empresa, un taller. Ata que a poñamos a andar non correremos. Hai que ter empatía co resto da sociedade. O que estea en ERTE non debería poñer cartos nas carreiras», argumenta. Vota por zanjar la temporada «e volver no 2021 con máis forza».
El motociclismo, a la espera de reprogramar el final de año
E l motociclismo mantiene la cautela y, desde la preocupación por la evolución sanitaria, confía en poder reprogramar el final de año para completar la temporada, incluyendo las pruebas internacionales que quedaron pendientes (como el Campeonato del Mundo de enduro, que podría reunir a 110 pilotos y medio millar de acompañantes, más el público internacional, y el de Europa de supermotard). Así lo espera José Canda, presidente de la Federación Gallega. «A reducción de aforo é un pau grande», lamenta. «Se os que organizan son promotores e depende das marcas, veráse o que sucede. Ademáis, isto traslada o problema a outros sectores, como o da hostalería», resalta.
Carlos Manteiga, del Moto Club Saltamontes, organizador de pruebas como el Nacional de Trial que se esperaba en Arteixo, se pregunta «cómo afectarán los protocolos, pero habrá que adaptarse», diferenciando los eventos bajo techo de los que acontecen al aire libre, y los entrenamientos. Es pesimista con respecto a retomar la competición este año. «Primero habrá que recuperar el tono en los entrenamientos», advierte
MOTO DE CAMPO
Desde la Liga Galega, Juan Pedrido también confía en recuperar fechas hacia final de año. «Supongo que será sostenible, pero es complicado de controlar el público al aire libre. La responsabilidad de la gente será clave», analiza, mientras avanza que intentarán incluso añadir nuevas pruebas de mototurismo y raids, un par en el área de Valdeorras. «Otro factor es la apertura de los negocios complementarios», apunta.