Hasta Madrid sin paradas en eléctrico

Los coches eléctricos tienen ahora mismo en España dos caras. Una es la de Madrid, donde las Zonas de Bajas Emisiones, impulsadas por la ex-alcaldesa Carmena y después por el propio Almeida, han logrado que los particulares y empresas madrileñas hayan contemplado el coche eléctrico como una solución para moverse por el centro de esa ciudad; y la otra cara es la del resto de España (un poco menos Barcelona), donde el coche eléctrico es absolutamente marginal y su compra se debe a temas de conciencia ambiental, a decisiones personales, por tanto, y no por obligación (de momento).

El coche eléctrico es muy útil en desplazamientos urbanos y periurbanos para aquellos que no tienen que hacer más de cincuenta o sesenta kilómetros al día. Para los demás, y sobre todo en Galicia, que sigue siendo un páramo en cuestión de cargadores eléctricos públicos y un infierno para las baterías por las carreteras con puertos de montaña, los coches eléctricos pierden sus ventajas.

Las autonomías actuales, en condiciones reales (no las optimistas que anuncian los fabricantes), no alcanzan ni de lejos los 600 kilómetros, esa distancia que los gallegos tenemos que recorrer para ir a la capital. A no ser que, como ya hacen los conductores de los eléctricos, se resignen a circular a 90 por hora por las autovías que nos unen a la meseta, mientras cruzan los dedos para que el cargador de Benavente no esté ocupado cuando lleguen allí.

Pero la situación puede cambiar en poco tiempo, porque la industria está trabajando muy duro para que este panorama cambie. Para que las baterías duren más de 600 kilómetros (los más optimistas ya anuncian los 1.000) sin tener que ir a ritmo de un 600 en la década de los sesenta.

Esta misma semana, el grupo Stellantis ya ha hecho una declaración de intenciones con un nuevo modelo de DS, su marca de lujo, a mitad de camino entre berlina y SUV, que podría tener una autonomía eléctrica de 750 kilómetros. Ya hay cincuenta ejemplares de preproducción rodando por las carreteras francesas y su lanzamiento comercial podría ser en el 2025.

Paralelamente, son varios los grupos automovilísticos que preparan ya la tecnología del futuro con baterías de estado sólido, unas baterías con densidad energética de 400 Wh/kg que pesarán un 25 % menos que las actuales, ocuparán una 40 % menos de espacio y serán más estables frente al frío o el calor que las tradicionales baterías de litio.

La japonesa Nissan se une al grupo chino Chery, a la mencionada Stellantis y a los también chinos de MG al asegurar que en doce meses tendrán ya modelos a la venta capaces de rodar más de 600 kilómetros sin recargar sus baterías. Si se confirma, esta tecnología cambiará nuestra visión del coche eléctrico.