Adiós Micaela, «tu estrella brilla sobre el Ártico»

Poco después de dar a luz a su hijo Tiago, Micaela fue diagnosticada de cáncer de mama. Se descubrió el bulto ella misma mientras lo amamantaba, un pequeño quiste en uno de sus pechos que fue poco a poco creciendo hasta que los médicos le confirmaron el diagnóstico. Micaela recibió quimioterapia, radioterapia y fue intervenida. Tenaz, consiguió superar la enfermedad. Tenía 35 años. Con cuatro más, estaba llegando al Ártico junto a otras cuatro valientes, conquistando todas ellas el que era ya el segundo reto de sus vidas. 

Micaela fue una de las cinco aventureras -dos de ellas, gallegas- del Reto Pelayo Vida 2017, un proyecto que emprende viajes «extremos» con mujeres recuperadas de algún tipo de cáncer. Nacida en Monforte, pero afincada en Vigo, donde daba clases en la escuela de Imagen, decidió embarcarse en una aventura tan ambiciosa como la de recorrer más de 100 kilómetros a pie, rodeada de hielo, grietas, icebergs y glaciares, a -35 grados de temperatura y con una carga de 30 kilos a la espalda sin ningún tipo de asistencia exterior con el único objetivo de enviar un mensaje de esperanza, superación personal y de autoestima. Sus ganas de vivir eran incuestionables.  

«Siempre he sido muy optimista y he intentado buscar lo positivo de todo lo que me pasa, y, sin duda, ir al Polo Norte y tener ahora el pelo rizado son dos premios que me ha dado el haber pasado por un cáncer», comentó entonces, llena de ganas de vivir. El viaje no resultó fácil: la meteorología fue al principio muy dura -la lluvia no dio tregua, mala combinación con temperaturas extremadamente bajas- y la carga de equipaje acabó siendo superior a la prevista. «Las cinco componentes asumieron el esfuerzo como deportistas que son, pero las caminatas de diez horas desgastaron las fuerzas de manera acelerada», valoró en aquel momento el médico de la expedición, Alberto Francés. 

La aventura concluyó a finales de septiembre del 2017 en el glaciar Sermilik, una meta alternativa a la inicialmente prevista -descartada por lo peligroso del terreno- que, sin embargo, no restó ni un poco del entusiasmo de haberlo, de nuevo, conseguido. De todas estas intrépidas, el responsable técnico de la experiencia destacó su comportamiento, que «superó con creces las expectativas», su fortaleza física y psicológica, así como por el compañerismo demostrado a lo largo de todo un trayecto que fue recogido por las cámaras para inmortalizarse después en un documental.

El cáncer de Micaela regresó, sin embargo, a su vuelta de Groenlandia. «El primer día de la primavera se ha llevado de la mano a Micaela -informaba este jueves el Reto Pelayo a través de sus redes sociales-. Todos la conocéis como expedicionaria del #retopelayovida Polar 2017, pero Micaela era amiga, esposa, hija y madre de Tiago. Nació en Monforte de Lemos hace 41 años. Vital, positiva, amante de los viajes, deportista y siempre dispuesta a vivir nuevas experiencias, jugaba al baloncesto, esquiaba, navegaba y nadaba».

«Valiente, se enfrentó primero a su cáncer y después a las tierras polares convirtiéndose en un ejemplo imborrable de fuerza y superación -añadieron desde la iniciativa-. Mica, la familia #retopelayovida te admira y te quiere. Desde aquí nos sumamos al dolor de tus familiares y le decimos a Tiago que tu estrella brilla sobre el Ártico».