Jauregol, un motivo más para que el Racing Club Ferrol tire de amor propio en El Molinón
Opa Racing
El vasco, que lleva el 60 % de los goles totales del equipo, sale de la enfermería en un partido en el que la actitud y la garra estarán por encima del sistema
14 Dec 2024. Actualizado a las 19:27 h.
Poco que decir, mucho que plasmar. Después de una goleada de pesadilla en A Malata, que acabó con descontento en la grada y en el vestuario, al Racing Club Ferrol no le queda otra que tirar de amor propio para sumar mañana, domingo, de tres en El Molinón ante el Sporting de Gijón (14.00 horas, LaLiga TV Hypermotion) y quitarse esas espinas que, con el paso de las jornadas, se han ido enquistando y mantienen al equipo en puestos de descenso y con cada vez menos motivos a los que aferrarse.
Comandar la conquista del estadio asturiano desde la fe ciega en el compañero de al lado. Creer de puertas para adentro para hacer posible que lo haga el que observa desde fuera. Cada vez más preocupado, cada vez con menos esperanzas. Un partido en el que el cómo, el método, importa poco y la actitud derrochada lo será todo. Ni un solo gesto de desidia, ni el más mínimo atisbo de bajada de brazos.
El racinguismo no contará malas entregas o número de pases hilvanados pero sí hará balance de las veces que los suyos ponen la otra mejilla para tapar una llegada de Dubasin o de las que no le pierden la fe a un balón dividido hasta que la línea de cal o el colegiado indiquen lo contrario.
Vaciarse y no recrearse, ser bloque compacto por encima de cualquier dibujo táctico. Honrar al escudo y reengancharse a una pelea por la supervivencia a la que club y afición están más que acostumbrados y en la que lo único que no se negocia es la entrega. Los de Cristóbal tienen la meta de demostrar que no, que agua pasada no mueve molino en El Molinón. A lo hecho pecho y a seguir arando, remando o como quieran llamarle.
Reto en el que querer tiene, por imperativo y asfixia de la tabla clasificatoria, que ser poder. En un momento en el que la confianza escasea no hay mejor remedio que el del estímulo positivo. Por pequeño que sea.
El de un buen entrenamiento, el de la pequeña batalla de un duelo ganado o el de recuperar a dos piezas clave como Naldo y Eneko Jauregi. Blindaje defensivo y colmillo arriba. El regreso del delantero, su mera presencia como alternativa en el banquillo, debe ser un chute para plantilla, cuerpo técnico y afición.
Clavo ardiendo
Seis goles en la Liga, uno en la Copa y más de un mes de sequía para que Eneko vuelva a vestirse de Jauregol en un mediodía capital para el Racing. Regresa tras cuatro jornadas de ausencia en el que los suyos solo fueron capaces de anotar, desde los once metros, un único tanto en la competición liguera.
Su último acto de servicio en forma de gol: el pasado 10 de noviembre en A Malata ante el Racing de Santander. Motivos más que de sobra para que sea uno más en la batalla del amor propio que libra mañana la escuadra verde.
Un clavo ardiendo que no es, ni de lejos, el único. Tal día como hoy lloraba la marea verde la muerte de Isidro Silveira, artífice del proyecto y sueño moderno del viejo Racing.
Un ferrolano adoptivo, que no dudó en hacerse padre del fútbol de la comarca porque, como solía decir, «es bueno para mi espíritu poder hacer feliz a mi ciudad».
No hay mejor máxima ni arenga que esta para antes del pitido inicial. La de poner fin a meses, a jornadas de tristeza, a golpe de victoria de esas a las que, por hache o por be, acaba recurriendo el racinguismo cuando necesita reconectar.
A ese ascenso ante el Laudio, a ese partido en Alcorcón que se sacó porque no quedaba otra, a esos dos goles de Jardí ante el Celta Fortuna a los que volver cuando más se necesita.
Mañana al mediodía habrá once elegidos, más cambios, que tendrán la oportunidad y el privilegio de convertirse en protagonistas del capítulo de cuando al Racing Club Ferrol lo daban por muerto y resurgió, por y a narices, en El Molinón ante el Sporting de Gijón.
Y ese es el espíritu que quiere ver y sentir la marea verde desde que Fuentes Molina roce el silbato con los labios y el balón comience a rodar.
Más de 600 aficionados estarán en el campo asturiano porque, pese a ejercer en algún momento del partido para olvidar ante el Oviedo el derecho al pataleo, están ansiosos de una sanadora gesta. De una limpieza de chakras, de aura y, por encima de todo, de la imagen del equipo. Su equipo. Ese al que le queda tiempo y en el que hay jugadores con experiencia para aguantar el chaparrón.
«Cuando lo ves todo perdido siempre hay algo a lo que agarrarte». Así lo resumía un Josu Dorrío que, al igual que Jauregi, lo vivió el pasado curso en el Amorebieta. Su algo es demostrar por qué, tal y como aseguró Carlos Mouriz, lo quería media Segunda; el de Bebé, dejar patente que Ferrol no es su Benidorm particular; el de Álvaro Giménez, que es el mismo que las metía a pares el curso pasado.
Sobran los motivos, personales y colectivos, para que este sea el partido de la inflexión o, al menos, el de asomar la cabeza. Dejar atrás el gafe para poder pensar, al fin, en clave fútbol.
Alineaciones probables:
Hora: 14.00 horas
Estadio: El Molinón
TV: LaLiga TV Hypermotion
Árbitro: Fuentes Molina (comité valenciano)
SPORTING_ 4-3-3
C. Joel
Guille Rosas, Nikola Maras, R.Pier, Cote
Nacho Martín, Olaetxea, Nacho Méndez
Dubassin, Campuzano, Queipo
Suplentes: P. García, Gaspar Campos, Caicedo, Gelabert, Bernal, Kevin Vázquez, Cubrelo, Iker Martínez, Oyón, Kembo y Elmo.
RACING: 4-2-3-1
Jesús Ruiz
Buñuel, Puric, Naldo, Castro
Perea, Señé
Dorrío, Sanz, Bebé
Álvaro Giménez
Suplentes: Yoel, Bernard, Delmás, Correa, Carballo, Álex López, Gelardo, Nacho, Chiki, Vallejo y Jauregi.
Jugador destacado: Naldo: El central vuelve tras cumplir sanción y la recuperación de la solidez pasa por sus botas.