La letra del himno
Opinión
05 Jun 2007. Actualizado a las 07:00 h.
LA PROPUESTA del PP de poner letra al himno de España me parece encomiable. Hacen falta símbolos con los que recuperar el orgullo por pertenecer a España. Herencia de los vicios antifranquistas es no respetar la bandera y el himno, una señal de lo progre que de progre no tiene nada. Un país es más que la suma de sus metros cuadrados, su PIB y su demografía. Evidentemente, también es más que la acumulación de versiones de su memoria histórica, y aquí empiezan los problemas. Un símbolo tan claro y tan importante como la letra de un himno será botín de buitres. Planearán sobre ella en círculos concéntricos, pretendiendo incluir toda clase de locuras que contenten a todas las fuerzas vivas. Tenemos el orgullo de vivir en un país libre, democrático, con una historia tan hermosa como sangrienta, tan llena de éxitos como de derrotas -propias o ajenas-. Somos España. Somos el país que canta el himno con el «lolo, lolo, lolololololo lololololó, lolololololó» (y es hermoso, ¿verdad?). Somos la octava economía del mundo. Somos la tierra de Franco y de Adolfo Suárez, de Julián Muñoz y de Rafa Nadal, de Cervantes y Ana Rosa Quintana. Somos los que se equivocan y se levantan, aunque tarden cuarenta años. Somos España, y lo que somos -lo bueno y lo malo- nos lo hemos ganado a pulso. Lo conquistaron nuestros padres, nuestros abuelos y los abuelos de nuestros abuelos. Somos España, y tan nuestro es Fernando VII como Fernando Alonso. Definan eso en cuarenta o cincuenta palabras, si es que pueden. Espero que los políticos no nos hagan perder demasiado el tiempo con este tema y sean capaces de encontrar un símbolo que traiga unidad y hable del afán de superación de nuestro carácter. Que por más que Pemán fuera un franquista poco recomendable, el verso de «viva la patria que supo seguir sobre el azul del mar el caminar del sol» le quedó como Dios.