La Voz de Galicia

Feijoo y Beiras: tanto monta, monta tanto

Opinión

Xosé Luís Barreiro Rivas

23 Oct 2012. Actualizado a las 07:00 h.

En términos cualitativos -por soberbia, inesperada, personal, paradigmática y determinante- la victoria de Beiras -que pasa de 0 a 9 diputados- es tan notable como la de Feijoo. Y menos mal, porque de no ser así, el desequilibrio político que hay entre el PP y el antiguo bipartito sumiría a Galicia en un régimen de fuerza dominante que iba a actuar sobre el Parlamento de Galicia como si fuese un somnífero.

Para sostener esta afirmación, inicialmente sorprendente, basta con decir que el ascenso de Feijoo desde los 38 a los 41 diputados -que es muy importante para humillar a una oposición derrotada y obligarla a reinventarse- no modifica la condición de mayoría absoluta que el PP ya disfrutaba, ni altera sensiblemente la correlación de fuerzas entre Gobierno y oposición. Beiras, por el contrario, con solo 9 diputados, introduce cambios sustanciales en la estructura de la oposición, cambia los liderazgos y los protagonistas de la izquierda, y deja al PSOE y al BNG a los pies de los caballos. Por eso la estructura del nuevo Parlamento de Galicia puede resumirse en cuatro líneas: dos polos -PP y AGE- que impulsan la dialéctica que va a interpretar y resolver la crisis económica, política e institucional que padecemos en Galicia; y un enorme agujero negro en el que quedan cautivos veinticinco diputados -18 del PSOE y 7 del BNG- que iniciarán la legislatura noqueados por el castigo que se les ha infligido.

La presencia de Beiras resultará especialmente gravosa para el BNG, que, además de quedar relegado a la cuarta posición y perder su estatus de referente único del nacionalismo, queda sentenciado como perdedor de la guerra abierta internamente entre la UPG y los escindidos de CxG y Anova, que, gracias a Beiras, pueden poner en cuestión el dogma de la resistencia irreductible de las bases sociales del nacionalismo.

La singular victoria de Beiras -a la que ahora le queda una impresionante tarea de organización y arbitrio entre dos modelos, dos ámbitos de actuación y dos filosofías aglomeradas en AGE- también impactó sobre CxG, que, más allá de haber obtenido un resultado irrelevante (1,1 %), puede quedar definido como un esfuerzo inútil, o un fragmentador indeseado, para la construcción de un nuevo nacionalismo.

Todo lo cual invita a pensar que la regeneración propuesta por Beiras, basada en una activación consciente de la ciudadanía, tiene ante sí un camino tan interesante como incierto, ya que, al ser una victoria tan personalizada e inopinada, puede ser muy difícil de trasladar a una organización política eficaz y estable. Porque el tanto monta del título es perfectamente aplicable a Feijoo y a Beiras, pero no tiene nada que ver con lo que representan -no sé si para toda la eternidad- la AGE recién inventada y este viejo PP que brota y se extiende como las acacias.


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