Artur Mas: mal líder y peor estratega
Opinión
16 Sep 2013. Actualizado a las 07:00 h.
La situación tiene su paralelismo con esa escena de Tiempos modernos en la que Chaplin agita un trapo rojo que ha caído de un camión, y se organiza una manifestación a sus espaldas, tan numerosa que solo cabe sumarse a ella desde su liderazgo. Si algo ha quedado claro es que Artur Mas intentó rectificar, situando la fecha de la consulta en el año 2016 junto a las elecciones autonómicas, pero las circunstancias se lo impidieron, conminándole a liderar algo que es muy concreto y que se tiene que votar en el año 2014. Y son estas dudas las que nos dicen que Artur Mas es un mal líder, porque deja en manos del republicano Oriol Junqueras el sentido común y las seguridades del proceso independentista.
La nación catalana, que es el conjunto de personas vinculadas por esa identidad, ha desbordado la capacidad del sistema político para canalizar su expectativa soberanista. La Asamblea Nacional Catalana ha unido como independentistas únicamente a tres formaciones con representación parlamentaria, Convergencia Democrática de Catalunya (CDC), que es media CiU, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y la emergente CUP. Mas se ha equivocado quedándose solo con estas formaciones, de ahí su intento de rectificación. Ya perdió 12 escaños y ahora CDC no es más que una marca soberanista en un terreno donde el fuerte es ERC. Un paralelismo son EAJ-PNV y Eusko Alkartasuna (EA), por un lado, y Sortu por otro. El espacio electoral en el que se ha situado Artur Mas es muy estrecho y si pones los dos pies en la independencia el fenómeno te absorbe, pasas a ser parte de algo mucho más grande que dirige tu destino, hasta el punto en el que en el País Vasco el futuro electoral tiene más pinta de Sortu que de EH-Bildu (su coalición con Alternativa, Aralar y EA); como en Cataluña, que tiene más pinta de ERC que de su coalición con CDC y CUP.
Por su parte, la Unió Democrática de Catalunya (UDC) de Duran i Lleida ha fijado perfectamente la posición: la de CiU de toda la vida. Luego en CDC tienen un debate y una decisión que tomar, que es prescindir de Mas, lo que parece improbable, o liderar el proceso independentista desbordando a ERC, en una contienda que no compartiría la UDC hasta el punto de romper la coalición para representar la posición central o equidistante de todos. Aparentemente gana Mas, sin embargo, ya está amortizado para hablar con Rajoy, y en el espacio que él defiende quien manda es Junqueras. Quien gana con todo esto es la UDC de Duran i Lleida, porque finalmente se impondrá otra lógica que es la del sistema, que tiene sello UE y se resume en que de acuerdo con la independencia, pero mi mercado es España, mi divisa es el euro, las autopistas tienen dueños y la gestión de la salud es privada. La aventura de Mas está resultando ser un disparate para CDC, porque la UDC ahora juega sin marca y Esquerra obtiene el rédito electoral. Mal líder y peor estratega.