Viejos partidos y nuevas candidaturas en el 2014
Opinión
18 Jan 2014. Actualizado a las 07:00 h.
Nos encontramos en la precampaña de las elecciones europeas, las primeras en el ámbito estatal del quinto ciclo del comportamiento electoral de los españoles, que se inicia en junio del 2012 y es pluripartidista como el primero y constituyente (elecciones de 1977 y 1979). El ciclo actual se diferencia del primero en que el comportamiento electoral se ha desdoblado en dos escenarios, el de aquellos que confían en los viejos partidos del siglo XX y en el sistema de representación en su conjunto, y el de los electores desmovilizados que además ocupan el espacio de la ruptura ciudadana con el statu quo, que reclaman un orden nuevo, o que están dispuestos a terminar con una clase política convencional a la que culpan, junto al poder financiero, de la situación del endeudamiento público, la negación del futuro de la generación más joven y el empobrecimiento de la mayoría social, dentro de la zona euro y con un PIB per cápita similar al francés. Ya hemos comentado en estas páginas que, en términos electorales, el factor aglutinante de este voto es común en las sociedades endeudadas del sur de Europa, lo que se expresa como Syriza en Grecia, el M5E en Italia o abstención electoral en Portugal y en España, en tanto no aparezcan candidaturas independientes enfrentadas a los viejos PP, PSOE e IU/ICV, lo que está garantizado en las elecciones municipales del año 2015 en Burgos, por poner un ejemplo que nos permite visualizar el fenómeno.
Sin embargo, España no es tan España como estos viejos partidos o alguno nuevo como UPyD o Ciutadans pretenden. A la ruptura de la mayoría social con la política determinada en Maastricht y Lisboa y con la clase política convencional, hay que superponer otra, que es con España y que, en términos electorales, lo engloba casi todo en Cataluña y el País Vasco. Sus procesos soberanistas están antes que la ruptura del sur endeudado con su clase política y sus sistemas de representación.
Estamos en precampaña y aún no están definidas las candidaturas que concurrirán en ambos escenarios de contienda, que en realidad son tres. En el convencional, falta la concreción de IU/ICV en eso, el viejo PCE y su socio de diseño, porque son incapaces de atraer a nadie a su coalición o como mucho a la marca AGE, que sin Beiras no es nada.
En el de la ruptura ciudadana, el conductor del programa La Tuerka, de Público Tv, Pablo Iglesias, se postula para su aclamación y proclamación como líder de la ciudadanía, mal empezamos, aunque le pone las pilas a los demás, el Partido X, ATD!, Compromís, Suma o quienes se lo estén pensando, todos dormidos en los laureles.
En el escenario de la ruptura con España, los partidos catalanes dilatan los tiempos con un igual vamos juntos que a estas alturas aburre, porque EH-Bildu y el PNV lo tienen claro desde hace meses, la UDC de Duran i Lleida y el PNV son socios democristianos en una UE donde la CDC no es nadie, y a ERC le interesa medirse con CiIU en europeas para reflejar su nueva posición electoral, que es hegemónica.