La elegancia es Audrey
Opinión
15 Jul 2014. Actualizado a las 07:00 h.
La elegancia es el cuello de un cisne. No. La elegancia es Audrey, Audrey Hepburn. Este año hubiese cumplido 85 años. Pero siempre estará cantando sentada en la ventana de esa escalera de incendios en Desayuno con diamantes. O montando en moto por las calles de Roma agarrada a Gregory Peck. En Charada, con su moño y Cary Grant. Nació en Bélgica para la fama. Hizo el camino más clásico en las estrellas de la época. En las estrellas de verdad. De la moda, al cine, y del cine a colaborar con acciones humanitarias. Fue la primera y es una de las pocas actrices que tienen el póker de premios: un Oscar, un Grammy, un Tony y un Emmy. También un Globo de Oro y un Bafta. Pero los premios no significan nada ante la presencia de pincelada que lucía Audrey Hepburn. Para definir el estilo, nada como citarla a ella. Dicen que hay algo en Julia Roberts, de Audrey, quienes lo dicen son muy generosos. Solo es necesario (ad)mirar una foto antigua de Audrey Hepburn para darse cuenta de que su presencia parecía la cuenta exacta de la belleza. Ni un poco más ni un poco menos. Si de verdad existiese la sangre azul, Audrey seguro que se la bebió toda de niña para ser la princesa perfecta.