Acierto de Pedro Sánchez
Opinión
15 Feb 2015. Actualizado a las 05:00 h.
Decía Rubalcaba -¡hace ya casi seis años!- que Tomás Gómez solo era conocido por haberle dicho «no» a Zapatero cuando este quería convertir a Trinidad Jiménez en la candidata socialista a la presidencia de Madrid, en las autonómicas de 2011. Porque ya por entonces el presidente Rodríguez Zapatero quiso relevarlo, convencido de que Gómez era un líder orgánico capaz de ganar todas las primarias en el Partido Socialista de Madrid (PSM, con menos de 20.000 militantes), pero incapaz de ganar las elecciones autonómicas en esta Comunidad. Y así fue. Tomás Gómez se salió con la suya y cosechó el resultado más desastroso de la historia del PSM.
¿Qué ha pasado casi seis años después? Que el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha negado a repetir una jugada que, casi con toda seguridad, significaría otra derrota aplastante para los socialistas.
El egoísmo de Gómez no podía contar esta vez con la complacencia del secretario general del PSOE, que se juega mucho en este envite y en todos los de este año.
Para colmo, en la anterior ocasión, y tras imponerse en las primarias, Tomás Gómez había prometido que no habría vencedores ni vencidos, sino una unidad ejemplar.
Pero, una vez llegada la hora de formar el comité electoral, excluyó a todos los dirigentes que habían apoyado a su rival. Y de aquellos polvos vienen estos lodos.
Y viene también, paradójicamente, la posibilidad de que el PSOE de Sánchez designe a un candidato con verdaderas posibilidades y no a un oscuro y marrullero controlador del aparato. Solo por este camino, y con un candidato adecuado (Ángel Gabilondo lo sería), puede renacer la esperanza para el PSOE en un territorio en el que hoy domina el PP. La decisión de Pedro Sánchez me parece oportuna y acertada en este caso y no se me ocurre incluirla en el grupo de esas «ocurrencias despistadas» que a veces prodiga innecesariamente. El hecho de que se haya dado cuenta de que debe abrir el partido a la sociedad y buscar a los mejores para sus listas puede atraerle al PSOE simpatías y votos. Porque el futuro no está en los aparatos de los grupos políticos, sino en su capacidad para presentar candidatos con crédito y prestigio.
Por esta vía sí que puede recuperarse el PSOE.