Rajoy, claro perdedor
Opinión
23 Mar 2015. Actualizado a las 05:00 h.
Si hay un claro perdedor en las elecciones de ayer en Andalucía ese es Mariano Rajoy. Fue él quien impuso como candidato a Juanma Moreno Bonilla, que ha hecho bueno a Javier Arenas, y, además, se ha volcado completamente en la campaña con cinco apariciones en mítines. En la primera gran cita electoral después de que la economía empiece a registrar signos de recuperación, el PP ha sufrido un descalabro en Andalucía. Y a pesar de su último llamamiento en la jornada de reflexión a rechazar a adanes y zascandiles, léase Podemos y Ciudadanos, estos han irrumpido con fuerza en el Parlamento andaluz. El discurso de la mejoría económica y del miedo a los adversarios no ha sido suficiente. Los resultados de las autonómicas no son automáticamente extrapolables a las generales y aún falta mucho para que estas se celebren, pero el varapalo de ayer es un serio aviso para el PP. Más aún si se tiene en cuenta el descenso que le vaticinan las encuestas en Cataluña. Es muy difícil ganar las elecciones sin tener un número importante de escaños en las dos comunidades más pobladas, que otorgan la tercera parte de los mismos. El inesperado surgimiento de la formación que lidera Albert Rivera le está haciendo mucho daño a los populares, que han tardado demasiado tiempo en darse cuenta de que es su auténtico rival en la disputa de los votos de un sector del electorado. El PP no ha sido creíble como el partido del cambio en una Andalucía sumida en el paro y la corrupción, donde nunca ha gobernado, y esto debe dar que pensar a Rajoy. Su triste consuelo es que Susana Díaz no ha sacado mayoría absoluta. Va a tener que tirar de argumentario para justificar el desastre.