Se han retratado
Opinión
02 Jul 2018. Actualizado a las 08:23 h.
Resulta llamativo que el primer encontronazo serio del noviazgo entre los socialistas y Podemos haya llegado por el control de los medios públicos. Años y años dando lecciones de independencia, denunciando manipulaciones de los adversarios y a la primera de cambio dejan ver sus intenciones, que son exactamente las mismas que las de los que tanto criticaron.
Podía haber sido el conflicto catalán, o los asesinados que permanecen en las cunetas o la ley mordaza, o el diseño territorial, e incluso podía haber sido la derogación completa de la reforma laboral lo que hubiese provocado el desencuentro entre los miembros de la alianza parlamentaria; pero, claro, tener un presidente afín al frente de la radio televisión pública es un chollo al que nadie quiere renunciar.
Los trabajadores del ente público, unos extraordinarios profesionales con una dedicación fuera de toda discusión, llevan meses exigiendo una gestión independiente, después de padecer cientos de capítulos de manipulación y demagogia; de informativos y programas entregados a la propaganda y de directivos públicamente vinculados al partido político que los nombró. Y la reivindicación de los profesionales parecía haber encontrado respuesta con la llegada de Sánchez, pero el sueño ha acabado.
Nos da igual quien sea el presidente de la CRTVE. Ya se han retratado. Las repetidas promesas de despolitizar la compañía se han olvidado y pugnaron por colocar a una persona afín ideológicamente a cada uno de ellos. La han ido a buscar, si al final sale adelante, lejos de la empresa, sin valorar a uno solo de los 6.400 trabajadores que, digo yo, algo sabrán de audiovisuales.
Venimos de unos años en los que el Partido Popular destrozó la radio y la televisión de todos, llevándolos a sus mínimos índices de credibilidad. Batiendo todos los récords de manipulación. Y cuando parecía que se abría una ventana a la esperanza, vienen estos y montan su primera bronca por hacer lo que tanto criticaron. Ya nos advirtió Diderot que tuviéramos «cuidado con el hombre que habla de poner las cosas en orden. Poner las cosas en orden siempre significa poner las cosas bajo su control».