La Voz de Galicia

El secreto de Greta Thunberg

Opinión

Cristina Sánchez-Andrade Escritora y premio Sor Juana Inés de la Cruz de la FIL

30 Mar 2019. Actualizado a las 08:37 h.

Nos preocupa cómo nos ven los demás. Anhelamos ser queridos pero nos mostramos duros e insensibles con quienes tenemos más cerca. Nos esforzamos en seducir a la gente y reclamamos su atención, a veces de manera patética. Pero siempre ocultamos nuestras flaquezas. Hemos aprendido desde la infancia que la vulnerabilidad hay que esconderla o disfrazarla. Nos esforzamos en mostrarnos tranquilos para borrar todo rastro de ansiedad y tratamos de proyectar justo la imagen contraria a la que en realidad habita en nosotros. Somos, pues, conscientes de las desventajas de la vulnerabilidad. Lo que es menos conocido son sus ventajas. Hay momentos en que la confesión de la debilidad, lejos de ser catastrófica, es la única vía posible para la empatía y el respeto de los demás. A veces puede que nos atrevamos a explicar que tenemos miedo, que no somos tan buenos como parecemos y que además hacemos el ridículo. Y más que asustar, estas revelaciones pueden servir para ganarnos el cariño y la confianza de la gente, para humanizarnos frente a ellos. A menudo, al abrir nuestro corazón, el otro también lo hace. Este es, creo, el secreto de Greta Thunberg, la niña sueca que ha sabido poner en jaque a la sociedad internacional con su campaña en contra del cambio climático. Porque en lugar de hablar desde arriba, nos habla desde abajo: desde la niña que un día lloró cuando vio un documental sobre el deshielo del Ártico y los mamíferos marinos llenos de plástico; desde la mujer que, gracias a su constancia y a su determinación, ha conseguido hacerse visible manifestándose todos los viernes frente al Parlamento de Estocolmo; desde su condición de habitante de un país pequeño y, sobre todo, desde su síndrome de Asperger, al que además ha conseguido dar visibilidad. Toda una lección para muchos que, aun teniendo el mundo a sus pies, jamás lograrán ser lo suficientemente fuertes para ser débiles.

 


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