Sus señorías están trabajando
Opinión
06 Apr 2020. Actualizado a las 05:00 h.
Como la inactividad de estos días nos deja tiempo para todo, hemos reparado en los cientos de miles de euros, más de un millón, que se nos van en satisfacer las dietas y desplazamientos de sus señorías, senadores, diputados y parlamentarios autonómicos, además de asesores, cargos de diversa índole, adjuntos y allegados, que muy bien nos vendrían ahora. Y reparamos también en que desde el estado de alarma, Cortes, parlamentos e instituciones de todo tipo tienen una actividad testimonial.
Pero los bien pensantes sabemos que si están dispuestos a percibir esas cantidades es que realizan su trabajo, aunque puede no parecerlo. Y entendemos que sus señorías siguen desplazándose de aquí para allá, rompiendo incluso el confinamiento decretado; porque no han dicho, solo Odón Elorza, que renuncian a esos cobros que solo en Madrid superan los 635.000 euros mensuales. Billetes y dietas aparte. La Mesa del Congreso va a debatir si resulta oportuno el desembolso mientras socialistas y populares anuncian exiguas donaciones.
En esta situación caótica del mundo laboral y empresarial, cabe preguntarse si los trabajadores de una empresa cualquiera sin actividad, van a sufrir en sus nóminas los efectos de la parálisis económica. Si es necesario que sus directivos debatan si pagar dietas y desplazamientos a quienes no los realizan y si un autónomo cobrará igual que en febrero. Y, por último, ¿vive esta multitud de privilegiados en este país o se nos ha ido al espacio? Pues ahora que disponen de tiempo bueno sería que lo dijeran.
Resulta difícil de entender el compromiso y la estética de sus señorías. De los de aquí, los de allá y los otros. Cuando empresas, trabajadores y autónomos viven los peores momentos de sus existencias; cuando de la noche a la mañana vemos como el mundo laboral, que ya no estaba muy boyante, se desmorona y no llegamos a atisbar una salida fácil, sus señorías y allegados ajenos a la situación de necesidad, siguen a lo suyo, que para eso los elegimos.
Puede que al final se logre imponer el sentido común. Pero no será porque ellos así lo decidieron. Están convencidos de que hacen lo que hicieron siempre. Que están trabajando. Y hasta puede que no les falte razón. Porque se pasan el día twitteando. Que es lo que hacen habitualmente. Y en Twitter se viaja mucho. De ahí los gastos de desplazamiento.