Cartas al director: «Ni geolocalización ni pasaporte inmunológico: libertad»
Opinión
20 Apr 2020. Actualizado a las 21:12 h.
¿Tan difícil es?
En esta situación tan excepcional que estamos viviendo nos tenemos que dar cuenta de que ninguna vida es más importante que otra cuando es precisamente esa vida la que está en riesgo.
¿Tan difícil es pensar que tenemos que dar prioridad a las personas de la primera línea para que hagan su trabajo con el menor riesgo posible?
¿Tan difícil es pensar que tenemos que proteger a nuestros mayores porque son la población con mayor riesgo y todos los primeros test y medidas tienen que ir para ellos?
¿Tan difícil es pensar que da igual la ideología política que tenga cada comunidad cuando si se unen fuerzas entre todos saldremos antes de todo esto?
Nada ni nadie queda excluido cuando lo que se quiere es ayudar y unir fuerzas, cada uno en su papel y sin tener en cuenta las ideas, que en este momento extraordinario tienen que quedar en un segundo plano.
Por favor, menos ensalzar los egos y más practicar la empatía y el sentido común. Dámaso Permuy. A Coruña.
Oportunidade
Quizais non nos viría mal interpretar estes días de incerteza que estamos a padecer como unha posibilidade de revisarnos a nós mesmos. Polo que talvez deberiamos aproveitar este virus que leva por nome COVID-19 para darnos unha segunda oportunidade. Pois son moitas as desfeitas que levamos acumuladas e pode que este sexa o momento adecuado para mirarnos de fronte ao espello (tempo para facelo témolo dabondo), botar abaixo a covardía e ser capaces de chegar a algo sobre nós mesmos. E que ninguén se poña de lado, porque todos temos algo que dicirnos á cara. Senón, lembrade a secuencia de Travis fronte ao espello na arrebatadora Taxi Driver. Nela, non só hai un acto de arrebato e culpabilidade contra o outro. Ou contra o mundo. Hai máis. Moito máis. Só se trata de deixarse levar. E de non arrepiarse da imaxe que se reflicta diante de nós. A non ser que nos vexamos tan metidos na podremia que nin nos compense dar a volta! Manuel I. Nanín. O Carballiño.
Sucedáneo de mascarillas
Vaya por delante nuestro agradecimiento a todas las personas que con su esfuerzo y su trabajo colaboraron en la elaboración y distribución de las mascarillas en Poio, así como a Protección Civil, Policía Municipal y los trabajadores públicos del Concello. Pero siempre hay un pero y es el siguiente: ¿cómo se puede hacer propaganda institucional con un sucedáneo de mascarillas que no protegen lo mínimo exigible? A simple vista se nota que el tejido no cumple con el principal objetivo de seguridad que es la impermeabilidad del material para evitar que haya filtraciones de esporas, saliva o partículas al estornudar. No se puede admitir estos errores cuando lo que está en juego es la salud y seguridad de las personas. Enrique Lorenzo Rial. Combarro (Poio).
La paradoja de la libertad
Últimamente se está poniendo en duda la capacidad democrática del Gobierno con esa encuesta de Tezanos en la que se pone en tela de jucio la libertad de prensa. Un Gobierno totalmente desnortado que ha dado bandazos sin sentido desde que empezó el estado de alarma.
A mí me preocupa más el hecho de que alguien pueda verse tentado a plasmar un ideario anticonstitucional en el Boletín Oficial del Estado aprovechando la situación actual, tanto económica como social. Y me preocupa por los extremismos y radicalismos que eso puede traer.
Vivimos desde el 2015 en una crisis política permanente donde partidos poco moderados como Podemos o su némesis, VOX, han adquirido peso en el Congreso de los Diputados. Eso, sumado a partidos independentistas que intentan dinamitar la convivencia en este país, se convierte en una carga que una democracia como la nuestra, donde a veces parece que la libertad da más problemas que soluciones, no puede asumir.
Desde aquel 1 de octubre del 2017 donde la famosa mayoría silenciosa dejó de serlo, España es un lugar donde la sociedad que vivía en la sombra cada vez se calla menos. Porque hay gente que se está cansando de que alguna izquierda patrimonialice las buenas intenciones. Que unos si hablan son aplaudidos, y otros son tachados de fachas, incluída gente tan poco sospechosa como Felipe González. Esa España que despierta, y cada día alza más su voz, es necesario que lo haga, porque solo así tendremos un país con políticas y políticos moderados que nos lleven por la buena senda.
En tiempos de pandemia, esa mayoría silenciosa que una vez defendió la España constitucional debe ahora defender algo incluso mayor que la Constitución o que el propio Estado: el sentido común. Saber que no todo se gana con la imposición de la ideología. La democracia necesita defenderse de sí misma a través de los propios ciudadanos.
Esa idea humanista que dice «matar a un hombre para defender una idea no es defender una idea. Es matar a un hombre», en estos tiempos se podría entender como «callar a un hombre para defender una idea no es defender una idea. Es callar a un hombre». Iván Edmundo Saavedra Alonso. A Coruña.
Libertad: ni geolocalización ni pasaporte inmunológico
Según algunos psicólogos, las fases por las que pasamos durante el confinamiento son la incertidumbre (incredulidad y shock), el pánico (una sensación de hastío, de ansiedad y miedo, con un bucle de ansiedad, pánico, depresión), la resistencia o adaptación por el orden y, finalmente, la desconfianza una vez desconfinados, ya que durante un tiempo sentiremos recelo, miedo o reticencias a las aglomeraciones, a los besos y a los abrazos.
En cada fase nuestras capacidades mentales están disminuidas, pues su común denominador es la falta de libertad. Ahora bien, a esa pérdida psicológica de libertad se nos añadirá la geolocalización que, políticamente, nos reprimirá y controlará, aún más.
La pandemia nos ha demostrado que no podemos confiar en los actuales políticos de España ni de muchos otros estados (con alguna excepción de países dirigidos por mujeres: Dinamarca, Nueva Zelanda, Alemania, etcétera). Por todo ello, debemos ser críticos para exigir el respeto bioético y negarnos a la geolocalización, al pasaporte inmunológico u otra fórmula que nos prive libertad.
Los científicos desearían un laboratorio aséptico, libre de toda influencia ajena, y todas las cobayas controladas; pero a nuestra personalidad no se le puede reducir el aspecto relacional, sin afectar al todo; por lo que es preciso superar el falso dilema de que la libertad individual debe supeditarse al bien común, ya que, en realidad, se trata de confrontar a nivel global la libertad y la seguridad comunes. Amadeo Palliser Cifuentes. Barcelona.
Del coronavirus al comunismo
Del coronavirus al comunismo
La pandemia que asola el mundo, está llevándose por delante miles de vidas, dejando emocionalmente heridos a muchos y causando estragos en la economía y en las libertades individuales. En España, al amparo del estado de alarma, el Gobierno PSOE-Podemos se ha arrogado absoluto poder, interrumpiendo el normal funcionamiento de los poderes constitucionales del Estado para que así el control al Eejecutivo sea en la práctica inexistente.
Una gran parte de los españoles estamos, obligatoriamente, total o parcialmente confinados. Pero los políticos que nos mandan no están en casa, ni parados, están desarrollando su agenda, sus proyectos. El estado de alarma se parece a un estado de adormecimiento, así por la puerta de atrás se está impulsando un cambio de régimen constitucional a espaldas de los ciudadanos. En lenguaje bélico, sería como «asaltar el fuerte mientras tu enemigo duerme».
La historia del comunismo es muy ilustrativa al respecto. Hay dos frases que reflejan a las claras de qué estoy hablando: «El fin justifica los medios» y «gato blanco o negro da igual, lo importante es que cace ratones». El comunismo siempre aparece como un nuevo mesías, salvador de todos los males que acechan a la democracia, esto es: corrupción, pobreza, desigualdades sociales... Emerge siempre tras la catástrofe. Sus mantras favoritos son la igualdad y el reparto de bienes, por oposición a la dignidad, a la ambición personal y a la propiedad privada.
La falta de humanidad con que se está tratando a los muertos me encorajina y por eso quiero aprovechar para alzar mi voz porque una cosa es cierta: de mí no depende ser contagiado por el COVID-19 y pasar a la otra vida, pero sí está en mi mano no callarme y denunciar lo que estamos viviendo. Javier Maquieira. Vigo.
Sen un can
Son un cidadán sen podenco, braco, bóxer, palleiro ou similares; é dicir, non teño can. Como non teño mascota á que poder pasear diariamente, e o periquito non dá xogo, as miñas escasas saídas limítanse a ir ao supermercado dúas veces á semana e ao pan; así como a depositar o lixo orgánico no contedor verde; isto último se tiven a fortuna de que os dados somen e gañar na timba ao resto de membros que constitúen a unidade familiar: onte á noite, seis dobre! Ata nisto o parasito trocou as nosas vidas. Como son un cidadán exemplar, sen foxhound americano a cargo, respecto a machada as ordes e indicacións da autoridade competente; e, cando vou á panadería, sigo a máxima de que a distancia máis curta entre dous puntos é a liña recta, polo que no canto de camiñar 1800 metros dando unha pequena volta, desprázome 200 para desgusto do meu Samsung Health que me indica «o teu obxectivo para hoxe é 6000 pasos. Segue así!». F. Javier Santos. Santiago.
Gracias por informar
Trabajo en una multinacional del mundo sanitario y, además de tener el interés general propio de un lector, tengo el de estar informado de las novedades y noticias más técnicas sobre el COVID-19. Estoy conectado a un grupo de compañeros de trabajo con el mismo perfil y me he encontrado con que la mayor parte de las novedades y noticias mejor comentadas y explicadas están en este periódico y así me lo hacen saber cada día.
Gracias por informar de la forma más neutral, de vender lo que hacemos en Galicia en forma de excelencia, Inditex, biotecnológicas, profesionales de salud…. que cada día nos explican cómo combatir este mal o ayudar en la sociedad. Si de aquí sacamos algún aprendizaje, como que tenemos que tener un Inditex de la biotecnología y base hay para ello (los centros que tenemos en Santiago o Porriño), y que nuestra Pharmamar fuese ese embrión, habremos obtenido algo positivo de esta triste situación. José Manuel Blanco Rey.