La Voz de Galicia

El embozo

Opinión

Ramón Pernas

26 Jun 2021. Actualizado a las 05:00 h.

Este último año hemos vivido embozados, con un embozo o rebozo que tapa la mayor parte de nuestro rostro. Hemos vivido cubriéndonos la cara con mascarillas diversas de todos los colores y materiales posibles, con banderas identitarias o con frases publicitarias que personalizaban nuestras miradas. El embozo parecía el título de una canción de Chavela Vargas, pero el presidente Sánchez, autor de las noticias compensatorias, una mala y otra buena para equilibrar, anunció «la libertad» de las máscaras en espacios al aire libre, para el sábado 26 en la semana de los indultos/insultos oprobiosos.

 

Hubo un tiempo en que no existían stocks de mascarillas cuando en la España del covid y los cien mil muertos no era obligatorio su uso, al contrario que en los países de nuestro entorno, y el propio portavoz de Sanidad, el doctor Simón, desaconsejaba su uso. Casi había que comprarlas de tapadillo y los chinos, que tenían grandes cantidades, estafaron a más de una comunidad autónoma cobrando extracostes por aviones cargados de mascarillas que nunca llegaron. Una auténtica mascarada.

Tiempos aquellos de ingenuidades compartidas cuando salíamos a los balcones de todo el país, a las ocho en punto de cada tarde, para aplaudir a los sanitarios y cantar a coro el himno de la pandemia, el Resistiré del Dúo Dinámico.

Saldríamos, llegamos a creerlo, más fuertes y solidarios. No fue así y volvimos al «sálvese quien pueda» y cambiamos el viejo paradigma que envolvimos en la nueva herramienta de los algoritmos.

Somos más egoístas, huimos de las ciudades corriendo despavoridos a refugiarnos en el campo para ponernos salvo de la tormenta pandémica, y una vez más el miedo fue libre.

Desde este fin se semana, mascarillas fuera ma non troppo, la seguridad hay que reforzarla y protegerla con embozos más o menos perdurables, sin fecha de caducidad. Todavía es tiempo para mantener los barbijos, que es como llaman en Sudamérica a las mascarillas, o el nasobuco, denominación de un médico cubano ilustrado para referirse al embozo o mascarilla. Viva el aire libre, y cuidado con la variante delta que avanza veloz.


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