Elecciones en Alemania
Opinión
16 Aug 2021. Actualizado a las 05:00 h.
El próximo 26 de septiembre se celebrarán elecciones generales en Alemania, después de los 16 años de Angela Merkel en el poder. El horizonte se presenta confuso y las opiniones de los expertos van cada una por su lado, porque la Unión Demócrata Cristiana (CDU) aparece debilitada por algunas torpezas recientes (por ejemplo, ante las inundaciones de julio) y porque las divergencias entre conservadores y centristas parece que van a más, en vez de converger. Lo cual genera una incertidumbre incontestable.
El candidato de la CDU, Joe Chialo, de 50 años, ha prometido «prosperidad para todos», como ya hicieron sus antecesores. Chialo es hijo de un diplomático tanzano y se crio en un internado católico en Bonn. Empezó a militar en la CDU en el 2016, tras haber formado parte de Los Verdes, partido que abandonó por considerarlo demasiado ideológico, aunque le reconoce el mérito de poner el clima en el centro del debate público.
La Unión Demócrata Cristiana presume literalmente de ser una «máquina de producir cancilleres», y no exagera, porque Alemania ha sido gobernada durante 52 años por un líder o lideresa de la CDU.
¿Sucederá ahora de nuevo? La situación es compleja, con demasiadas fuerzas divergentes y con sólidos programas propios. La CDU repite sus mensajes centristas, pero «el centro es algo diferente para cada uno», como ha reconocido el diputado sajón Sebastian Fisher. Lo cual quiere decir que, con todo su brillante historial, la CDU no tiene garantizado el éxito. Pero ese mismo historial ilustra sobre la enorme capacidad de esta fuerza para alcanzar pactos que le han permitido seguir en el poder con partidos situados muy a su derecha. Después tuvo que afrontar la política de apertura al Este de Willy Brandt, quien gobernó en coalición con el partido liberal (FDP) de 1969 a 1982.
Lo que sí está ocurriendo ahora es que los grandes partidos comparecen abiertos a negociaciones con fuerzas menores y con distintos sectores más o menos organizados. Todo ello con el propósito de fraguar su victoria. En este trance están ahora.