La Voz de Galicia

Néstor Rego manda en Ana Pontón

Opinión

César Casal

08 Mar 2022. Actualizado a las 05:00 h.

A veces, sucede que la parte manda en el todo. Es común en política y en otras artes. En ocasiones, la parte es mucha parte. Sucede en el BNG. La UPG tiene un diputado como frente de fuerzas que es el BNG en el Congreso de los Diputados. Este diputado jura obediencia y moderación con la mano derecha a la líder de dicho frente, Ana Pontón, al tiempo que, con la mano izquierda, su tendencia a creer en tiempos gloriosos que nunca fueron en el leninismo y en el estalinismo le lleva a decir en la tribuna del Congreso que la OTAN debería desaparecer y a sumarse a las posturas tibias con Rusia, que también exhiben algunas ministras de Podemos. Ana Pontón, de reunión crucial para vender moderación con el lendakari Urkullu, del PNV, tuvo que salir a declarar que el BNG considera que lo que está haciendo Rusia en Ucrania es un drama, sin tibiezas. Crucial para ella esa reunión por ser fundamental alinearse más con el PNV y alienarse menos con Bildu o ERC en su intento de buscar un BNG para todos los votantes.

 

No hace mucho Ana Pontón tuvo que amagar con que se marchaba. Si me queréis, irse, dijo Lola Flores cuando demasiado amor casi le arruina la boda de su hija. Pontón le dijo a la UPG que o le dejaban manos libres para llevar el BNG o que se presentase otra u otro. La UPG calló, consciente de que Ana Pontón es el mejor cartel electoral que han tenido nunca, por delante de Anxo Quintana, que ya les llevó a la Xunta. Entonces, solo cabe una conclusión. A pesar de lo mucho que la quieren, en el BNG manda la UPG. Traducido, en el calor de la tribuna parlamentaria se volvió a ver que Néstor Rego manda en Ana Pontón, y eso es un problema que deben corregir si de verdad quieren abrirse a un público que puede votar por primera vez al Bloque y engrandecer así sus expectativas de cara a la Xunta.

Aprovechando esta debilidad (o variabilidad) de criterio, según quien hable, el PP y el PSdeG se han puesto de acuerdo en una declaración institucional del Parlamento gallego que espera la firma de Ana Pontón. De Néstor Rego va a ser difícil, tras escuchar lo que piensa él (o la UPG). No parece que haya dudas en la sociedad gallega sobre la consideración del ataque de Rusia como una invasión de un estado soberano como Ucrania. A veces, ni siquiera en política caben las ambigüedades.

No es un conflicto que se viva solo en el Bloque. En el gobierno de Sánchez están en las mismas. Las ministras de Podemos, tan tibias con Rusia como Néstor Rego y la UPG, decían que el PSOE es el partido de la guerra. Isabel Serra, portavoz de Podemos, echaba más gasolina al fuego y añadía que es hipócrita enviar armas a Ucrania contra Rusia y seguir comprando gas ruso. Otra vez, la parte intentando mandar en el todo. El no a la guerra obliga a muchos partidos a levantar la alfombra para echar la basura moral debajo de la misma. Solo se trata de que Ana Pontón, que Irene Montero, que Isa Serra, que Ione Belarra o que Néstor Rego miren a los ojos de los niños ucranianos y les envíen abrazos en sol mayor. No se hace política con la muerte.


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