Hidrolineras, hidrogeneras...
Opinión
24 Sep 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Cuando salieron al mercado los primeros coches eléctricos nos hicimos eco en esta sección de que había comenzado en todo el mundo la construcción de estaciones donde esos vehículos iban a poder recargar sus baterías. Surgió entonces un término que daba nombre a esas instalaciones: electrolinera. El sustantivo estaba formado por el elemento compositivo electro- (‘electricidad' o ‘eléctrico') y -linera, parte final de gasolinera. Desde entonces se han construido muchas, aunque parece que aún no hay las suficientes.
Doce años después nos encontramos en una situación similar. Se anuncia la llegada de un nuevo tipo de vehículo, el que empleará hidrógeno para generar la electricidad que moverá el motor. Estos coches, autobuses, camiones y hasta embarcaciones van a necesitar dónde recargar sus depósitos o pilas de hidrógeno. Esos surtidores pueden estar en una estación propia o compartir espacio en otras que sirven combustibles derivados del petróleo y con electrolineras.
El problema para designar las estaciones de recarga de hidrógeno no es que haya surgido un nombre, sino que ya hay dos, hidrolinera e hidrogenera. Por ahora, el segundo se emplea mucho más que el primero. Hidrolinera está construido con hidro- y -linera, tomado este de gasolinera, como se hizo para formar electrolinera. Puede parecer mal formado a quien solo vea agua en el elemento compositivo hidro-, pero este también apunta a hidrógeno en términos como hidrocarburo o hidrogenar.
Por su parte, el nombre hidrogenera está creado a partir del sustantivo hidrógeno y el sufijo -era, que señala el sitio u objeto en que hay, está, abunda, se cría, se deposita, se produce o se guarda lo designado por el primitivo. Pero, según el Diccionario, ello ocurre cuando se aplica a sustantivos femeninos, e hidrógeno es masculino. Ese neologismo tiene otro inconveniente: las sílabas finales, genera, pueden causar confusión sobre su significado. De hecho, hay quien considera que hidrogenera es el lugar donde, además de vender hidrógeno, se produce ese gas.
Parece preferible, pues, hidrolinera, pero no descartemos que el genio neológico popular cree algo más. Mientras, también podemos hablar de puntos de suministro y de estaciones o surtidores de hidrógeno, igual que en inglés se emplea hydrogen station, en francés station à hydrogène y el alemán wasserstofftankstelle.