Italia: toque de atención
Opinión
06 Oct 2022. Actualizado a las 05:00 h.
El resultado de las elecciones italianas ya está claro. La coalición de derechas ha ganado por un cómodo margen, logrando la mayoría de los escaños en ambas cámaras del Parlamento. Los mercados financieros han tenido tiempo de sobra para digerir la evolución del panorama político en Italia, y el giro moderado que ha ejecutado el partido de derechas Fratelli d'Italia también ha contribuido a calmar las preocupaciones sobre la situación política del país transalpino que surgieron tras la dimisión de Draghi. Por supuesto, los mercados financieros pondrán a prueba en las próximas semanas y meses la determinación del nuevo Gobierno de seguir la senda de las reformas y la disciplina fiscal, centrándose inicialmente en los principales nombramientos del Gabinete. La caída de la libra esterlina tras el «no tan pequeño» anuncio del presupuesto del Reino Unido podría ser un buen toque de atención para el próximo Ejecutivo italiano.
Se entiende que el nuevo Gobierno cumplirá las reglas y se ceñirá en gran medida a la senda de las reformas y la disciplina fiscal, dado que existen fuertes incentivos para ello. Tendrá que elaborar un plan presupuestario para presentarlo al Parlamento y a la UE antes de finales de año. Se trata de un punto de presión clave, dado que Italia tiene una de las mayores deudas públicas de las economías avanzadas, que ronda el 150 % del PIB. Los nuevos inquilinos del Palazzo Chigi tendrán que hacer frente a una ardua lucha, independientemente de sus colores. La economía italiana tuvo un buen comportamiento en el primer semestre del año, volviendo a su nivel de recesión en el segundo trimestre, lo que refleja la larga estela de la recuperación poscovid. Sin embargo, las perspectivas son sombrías, en medio de una crisis energética sin precedentes y la aceleración del endurecimiento monetario por parte del BCE en los próximos meses. Los elevados precios de la energía para hogares y empresas ya han empezado a pesar sobre el consumo y la producción y probablemente harán que las mayores economías de la eurozona entren en recesión este invierno.
Italia y Alemania son precisamente dos de las más vulnerables, dada su exposición al sector manufacturero, de gran intensidad energética. Es probable que el crecimiento de Italia se detenga en el 2023 (desde una cifra del 3 % o superior en el 2022), en línea con la evolución de la zona euro en general.
Mientras tanto, la subida de los tipos del BCE probablemente pondrá los bonos soberanos italianos bajo una mayor presión en los próximos meses, lo que hará que los asuntos fiscales sean aún más difíciles de manejar para el banco central y el Gobierno entrante.