«Si la prostitución es ilegal, no debería existir y mucho menos anunciarse»
Opinión
29 Oct 2022. Actualizado a las 05:00 h.
La situación actual de las mujeres
Soy una mujer preocupada por la imagen y la situación del colectivo femenino en España. Me indignan ciertos hechos que son reflejo de la gran desigualdad que existe entre hombres y mujeres. Vivimos en un país en el que la prostitución es ilegal, pero a pesar de ello es un país líder en consumo de prostitución. Es habitual encontrarse con los mismos establecimientos donde las mujeres ejercen la prostitución, sin que desaparezcan y ni siquiera se tomen medidas para ello. No pasan desapercibidos, las llamativas luces de neón los anuncian de una manera exagerada. Es difícil de entender: si la prostitución es ilegal, no debería existir y mucho menos anunciarse.
Hay páginas web en las que se publicitan seres humanos para comercializarlos, casi todas son mujeres. En ellas, los clientes llegan a valorar explícitamente y a escribir comentarios acerca de los servicios sexuales. Estas páginas denigran la imagen de todas las mujeres, expuestas públicamente como mercancías.
Llegar hasta donde hemos llegado las mujeres es producto de años de lucha, por la consecución de los derechos para nuestro colectivo, y en la actualidad estos se encuentran amenazados. Raquel Coto Couceiro.
El picudo rojo ataca Capitanía
Desde hace un par de meses observo el progresivo deterioro de una espléndida palmera en el jardín del Palacio de Capitanía General de A Coruña, que da a La Solana. Tiene toda la pinta de que ha sido atacada por el voraz picudo rojo, que está diezmando muchos ejemplares de los alrededores. Advertí de este hecho a los que hacen guardia en Capitanía, pero a juzgar por lo que veo no han adoptado medidas para atajar tamaña invasión. Otro tanto ocurrió hace años con un magnífico ejemplar de magnolio, que languidece moribundo junto a la palmera en el mismo jardín, a pesar de la drástica tala a la que fue sometido hace tiempo. Si aún estamos a tiempo, por favor, actúen y no dejen morir esa, hasta hace poco, esplendorosa palmera. A. Aróstegui. A Coruña.