La Voz de Galicia

El ministro y otra gente de bien

Opinión

Enrique Clemente

27 Feb 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Reúne, en principio, todos los requisitos para ser «gente de bien». De largo. Es de derechas, muy de derechas; católico, muy católico, diríase que integrista; y le molestan mucho el divorcio, el aborto, el matrimonio homosexual, la eutanasia y no digamos ya la ley trans. Incluso tiene un ángel de la guarda que se llama Marcelo y le ayuda a aparcar. Pero es que, además, fue ministro de Interior, el máximo responsable de las fuerzas del orden, hombre de confianza y amigo personal de M. Rajoy. Se llama Jorge Fernández Díaz, para el que la Fiscalía Anticorrupción pide quince años de cárcel por dirigir una operación pagada con fondos reservados, con el objetivo de espiar a Luis Bárcenas (también parecía gente de bien antes de) y sustraerle la documentación que pudiera incriminar al PP por financiación irregular, la llamada caja B, ya demostrada en sede judicial. Se trataba de que ese material no llegara a los investigadores de la trama Gürtel. Dicho con otras palabras, utilizaron a la policía, dinero y recursos públicos con fines partidistas. Toda la cúpula política y policial del ministerio está implicada, incluidos su número dos y varios comisarios. Y, como no podía ser de otra manera, también el ubicuo Villarejo, para el que se piden 19 años de prisión. Calificar a este sujeto como gente de bien sería demasiado, aunque no olvidemos que fue condecorado cinco veces cuando ya dirigía la mafia policial, una con Rubalcaba al frente de Interior y las otras cuatro con Fernández Díaz al mando. Los indicios son abrumadores. Es un escándalo gravísimo que deberá solventarse en sede judicial. Pero, ¿era el ministro del Interior el señor X del caso Kitchen? A veces la gente de bien no es lo que parece.


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