La Voz de Galicia

Patatas conceptuales

Opinión

Javier Guitián

17 Mar 2023. Actualizado a las 09:04 h.

Ha llegado a mis oídos que en la pasada edición de la Feria de Arte Contemporáneo (ARCO) se expuso una obra que básicamente está formada por una larga mesa en la que descansan doscientos kilos de patatas y unas probetas con líquidos de diferentes colores. Su autor, Víctor Grippo, ya fallecido, es el padre del arte conceptual argentino, reconocido a nivel mundial y con obra en el museo Reina Sofía.

 

Según he leído, una de las materias primas utilizada en los trabajos del autor ha sido la patata. Grippo, partiendo de su simbología cultural, «utilizó la energía contenida en las patatas formando pilas eléctricas y conectándolas con cables para hacer funcionar distintos dispositivos, desde una radio hasta un polímetro que medía la energía generada». Esa clase de obras se convirtió en un clásico del artista que fue desarrollando en distintas instalaciones por todo el mundo.

Como se imaginan, yo no tengo una formación artística sobresaliente, pero toda obra que incluya tubérculos, como la patata, me interesa, y mucho más si su título es Naturalizar al hombre, Humanizar la naturaleza o Energía vegetal; así que no he podido evitar la tentación de aproximarme a esa obra de Grippo para hacer unos breves comentarios. Para empezar, cada vez que escucho que a las obras artísticas las llaman «instalaciones» se me enciende una alarma: me suena más a la caldera del gas o a electricidad que a algo relacionado con el arte. Ya refiriéndome a este caso concreto, a pesar de mi ignorancia creo que se trata de una obra de arte perecedera que o está en la permanente oscuridad, o desaparece cuando las patatas se pudren.

 

Es verdad que el potencial comprador de la obra puede sustituir las patatas por unas nuevas, pero tiene la desventaja de que necesita transportar hasta su casa doscientos kilos de patatas y colocarlas según las instrucciones. Por otra parte, estaría bien que nos dijeran si la patata es Kennebec, Red Pontiac o de cuál se trata, para hacernos una idea de cuánto va a durar.

Yo no quiero quitarle mérito al artista, y no me importa reconocer que he visto algunas de sus obras y me gustan, pero si de «instalaciones» se trata son mucho más hermosas las mesas con grelos que en fechas similares se exponen en A Feira do Grelo de As Pontes. Si quieren naturalizar al hombre, no tiene más que comerse un buen manojo de grelos y verán lo que es la energía vegetal. Para terminar, les diré que soy un gran partidario del uso de patatas contemporáneas, preferentemente gallegas, en todo lo conceptual: en el cocido, en los huevos con jamón, etcétera, pero ya saben que a mi cerebro le falta una patatina pal kilo.

 


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