Tamames pide diálogo, pero Sánchez quiere polarización
Opinión
23 Mar 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Ramón Tamames (Madrid, 1933), antiguo republicano y más viejo comunista, fue el encargado de sepultar el espíritu de la Transición en una moción de censura para el olvido. El resultado estaba escrito de antemano y solo el voto del ex de Ciudadanos Pablo Cambronero alteró, de forma insignificante, la aritmética final. Tamames llegó al Congreso para reivindicar la vieja España de los consensos y el entendimiento y salió harto de la bronca y de los infames tochos redactados por los asesores para que sus líderes lean sin compasión ni comprensión.
Catorce horas de debate nos dejan claro que la censura no valió para nada más que para mostrarnos la distancia entre bloques políticos que nos gobiernan. Tamames entró en el Congreso pidiendo diálogo y se fue con un diagnóstico lapidario. «Estamos peor que en el 36», le espetó a Patxi López, reconvertido en entusiasta sanchista tras ser incapaz de que el ahora presidente le explicara lo que era el concepto de nación cuando eran rivales en las primarias del PSOE.
La frase del postulante a la presidencia resume a la perfección la salud del Congreso. Tras enfrentar una pandemia, la erupción de un volcán y el impacto de una guerra en Europa, el Gobierno marcha por detrás en las encuestas. Sánchez prefiere el Falcon al cercanías, y la izquierda a la izquierda del PSOE, antes conocida como extrema izquierda, prefiere las luchas cainitas y las leyes ideológicas al trabajo en beneficio de la comunidad.
Sánchez necesita movilizar a esa izquierda que solo los sondeos de Tezanos le demuestran que le sigue de forma indefectible. Sacar del letargo a quienes están pagando con su nómina el despilfarro del Gobierno es su desafío. La polarización es el arma para intentar reanimar a los seguidores del PSOE frente al empuje demoscópico de la derecha. El problema es la estrategia. Alentar el fantasma de Vox ya fracasó tres veces. En Madrid, contra Ayuso y con Pablo Iglesias al frente, fracasó. En Andalucía, Juanma Moreno llegó a la mayoría absoluta. Denunciar el extremismo de Vox pactando con Bildu y los independentistas catalanes no es el mejor aval.
El legado de Tamames tampoco será para recordar. Pedir concordia queda de cine en los titulares, pero no deja de ser un sueño utópico. El viejo profesor demostró cortesía y conocimiento, pero su voluntarismo quedará en el olvido hoy mismo. «Buscan la división y eso no es lo correcto», dijo a modo de epitafio de la sesión parlamentaria. Es el momento de pensar qué España queremos.