La Voz de Galicia

Terminan elecciones, comienzan elecciones

Opinión

Erika Jaráiz Gulías Profesora titular miembro del equipo de investigaciones políticas de la USC

29 May 2023. Actualizado a las 05:00 h.

El fuerte proceso de nacionalización que se preveía en estas elecciones se ha consolidado, el PP se ha fortalecido en la mayoría de los municipios y de las comunidades, y sobre todo, ha conseguido algunos resultados que servirán de aliciente para el futuro de Feijoo. 

Estoy segura de que este argumento lo manejarán muchos candidatos derrotados y pocos de los vencedores, porque es bien sabido que las victorias tienen muchos padres, y las derrotas solo uno, y siempre se trata de señalar al otro.

La verdad es que el PP ha conseguido un buen resultado, pero no el esperado, y que el del PSOE ha sido insuficiente, aunque no desastroso. Pero, además, ni Podemos ni los seguidores de Yolanda Díaz podrán sacar pecho en esta ocasión; muy al contrario, la izquierda ha castigado duramente la división y tendrán que repensárselo.

En Galicia, el BNG aparece consolidado, a pesar del susto de Pontevedra, que empieza a dar muestras de que quiere una alternativa al gobierno de Lores; y las Mareas, que parecían resistir con contundencia al principio de la campaña, se han diluido al final, porque una cosa son los flashes de la vicepresidenta, y otra muy distinta los votos de los ciudadanos.

Y, aunque todos estos resultados son consistentes con esa tendencia nacionalizadora del proceso, luego los candidatos cuentan, y por eso, algunos de ellos logran vencer cualquier tendencia, como Abel Caballero, al que poco le importan las tendencias o la nacionalización de las campañas, o como Goretti Sanmartín, que ha sido capaz de imponer un modelo propio y singular en una ciudad como Santiago.

Son muchos los que dirán que esto es solo una cuestión de olas, que el BNG está en alza, el PSOE en baja y que la competición entre ambos favorece últimamente a los nacionalistas. Pero los resultados muestran que los ciudadanos, en su decisión, combinan elementos vinculados a los procesos de nacionalización y elementos vinculados al liderazgo de los candidatos. Y algunos partidos tienen que empezar a comprender que los liderazgos no se construyen dentro de las organizaciones, sino entre los ciudadanos, y que no se ganan elecciones, se pierde esa conexión con la ciudadanía.

Sube el PP, baja el PSOE, sube el BNG, bajan las Mareas, pero no parece que los cambios que se han producido en Galicia, como los que se han registrado en España, vayan a determinar el futuro de ambas.

Terminan unas elecciones, comienzan otras, los mismos actores, las mismas siglas, Vox es decisivo, Ciudadanos es pasado.


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