La Voz de Galicia

¿La IA es el botón que borrará la historia?

Opinión

José Luis Casal Consejero independiente. Experto en nuevos modelos de negocio

01 Jun 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Curiosa la dualidad del ser humano en estos tiempos. ¿Tenemos empatía por nuestro prójimo, protegeremos la Tierra y todo lo que amamos, o nos entregaremos impulsivamente a un falso dios disfrazado de progreso, pero con un alma cargada de intereses, carente de ética y con legiones de consecuencias no deseadas fruto de no hacer, o no querer hacer, bien las cosas? Echadle un ojo, por ejemplo a los deepfakes de Tom Cruise que hizo recientemente la gente de Metaphysic.ai empleando inteligencia artificial generativa. ¿Podéis distinguirlos del real? Como diríamos los gallegos… ¡mete medo!

 

 

Hagamos un viaje al futuro, venga. Imaginad una cosa: muy pronto pondremos entrenar un modelo basado en nosotros mismos y así tener un «nosotros virtual» que pueda moverse y hablar de forma convincente… como nosotros. Tendría nuestra voz y lo entrenaremos para que tenga un conocimiento profundo sobre nuestra vida, historia, experiencias… Durante unos minutos podría ser capaz de engañar a alguien que nos conozca de verdad. Este gemelo digital impulsado por inteligencia artificial podría sobrevivir y convertirse en nuestro legado. Sería como nosotros (idealizado, claro). Caminar como nosotros, «hablar», «pensar» como nosotros… Podría conocer a nuestros antepasados y darles consejos, compartir nuestros valores y visión del mundo. Sería parte de nuestra historia personal.

Es muy posible que en los próximos años alguno de vosotros se anime, o yo, a crear un avatar «empoderado» por inteligencia artificial que sobreviva como un gemelo digital independiente. Sería una «forma rara» de inmortalidad, pero la gente que pueda… lo hará. Al tiempo. Somos así. Mirad, por ejemplo, los teléfonos móviles, que desde que entraron en escena han transformado por completo nuestra relación con la realidad, con la sociedad, con nuestras familias… y con nosotros mismos. Ahora siempre estamos disponibles… pero pocas veces estamos presentes. ¿Hará algo parecido la inteligencia artificial generativa con la muerte?

Estamos ante una tecnología que es capaz de cambiar la naturaleza de la realidad al poder cambiar los recuerdos y reemplazar la realidad con recuerdos más adecuados para nuestras necesidades emocionales.

Volviendo a nuestro avatar, al estar impulsado por IA, podría estar muy cerca de lo que realmente diríamos si fuésemos nosotros mismos. Un avatar, gracias a la conectividad infinita y permanente de la que ya disfrutamos, podría acabar siendo amigo de, por ejemplo, nuestro tatarabuelo. Yo qué sé, ¿por qué no? ¿Quién lo sabe? El realismo será tan grande que veremos el intercambio avatar-persona como algo real. Puede que el gemelo, al vivir más que nosotros, siga aprendiendo y experimentando cosas nuevas con otros avatares…

Cambiar los recuerdos de las personas podría ayudar a superar traumas, pero también estaríamos ante un debate ético sobre la conveniencia o no de hacer lo que esto sería: un lavado de cerebro.

Entrenar la inteligencia artificial de ti mismo facilita las cosas, aunque estemos ante otro dilema ético más, ya que puedes entrenar a tu «doble» mostrándole lo mejor de ti. A lo mejor fuiste un bon, bon polo, pero puedes entrenarlo para que tus bisnietos piensen que fuiste un «Bond, James Bond». Tú sabrás lo que haces… y las consecuencias. Pero no nos confundamos. Los humanos somos, a veces, más peligrosos que un mono con una pistola, sin obstáculos por consecuencias no deseadas.

 

Con inteligencia artificial generativa haciendo gemelos digitales que se ven y suenan como nosotros, conectados entre ellos, con comprensión semántica del lenguaje y reconocimiento de voz, además de visión artificial, estamos, si el sentido común y la ética fallan, ante el botón de borrado de la historia, diciéndonos unos a los otros que no lo debemos tocar, mientras buscamos la manera de hacerlo nosotros en secreto.

Viendo lo riquiños que hemos sido siempre, y con lo que nos gusta el postureo, ¿qué podría ir mal?

Por favor, estaos quietecitos… e sentidiño.


Comentar