La Voz de Galicia

Feijoo, Sánchez y la credibilidad

Opinión

Fernando Hidalgo

21 Jun 2023. Actualizado a las 14:56 h.

Un interesante artículo en este periódico de Julio Ignacio Iglesias Redondo, alcalde socialista de Ares, puso sobre la mesa el grave problema que tiene el PSOE de cara a las inminentes elecciones generales: la credibilidad.

 

Y es tan fuerte la pérdida de crédito del Ejecutivo que está haciendo prácticamente invisibles las luces de su gestión en estos tiempos de crisis que nos ha tocado vivir. Ni los ERTE, ni el crecimiento económico, ni las cifras del paro, ni los contratos indefinidos equilibran las sombras de una forma de gobernar que se ha basado, si no en la mentira, sí en los cambios de «posición política», tal y como ha reconocido el propio Pedro Sánchez en una entrevista reciente.

El líder socialista ha estresado hasta límites nunca antes explorados las líneas maestras de un partido con 140 años de existencia. Sánchez ha llevado a su partido más a la izquierda que nunca y ha ido acompañado en la legislatura de independentistas y extremistas, hasta el punto de convertir a una formación como Bildu en socio preferente.

Todo ello se ha traducido en un día a día convulso, pleno de líos, discusiones y leyes fallidas, que ha eclipsado aquellas partes de la gestión sobre las que prácticamente hay un consenso en cuanto a su acierto.

A Sánchez ya no le creen muchos de los suyos y, lo que es peor, ya no le quieren. Y eso es difícil de levantar, traduciéndose en unas encuestas electorales que le están colocando en la puerta de salida de la Moncloa.

Sin ir más lejos, Sondaxe reflejó en seis puntos de diferencia la ventaja del PP sobre el PSOE. Pero en general las consultas demoscópicas coinciden, con independencia del sesgo ideológico del medio en el que se publicitan. Así, en El País la suma PP-Vox alcanzaba los 174 diputados, es decir, a las puertas de la mayoría absoluta. La de GAD3 para el ABC vaticina que Feijoo superaría los 150 parlamentarios, mientras que la última que publicó La Razón también coloca al PP cerca de los 150, y al PSOE lo ubica por debajo del umbral de los cien.

Estos resultados, a día de hoy, parecen hacer irreversible el cambio de ciclo. Vamos, que es un hecho que Feijoo será el próximo presidente de España, si no pasa algo extraordinario durante la campaña.

Porque, a pesar de la orquestada estrategia de la izquierda de defenestrar la figura de Feijoo, el gallego sigue teniendo una imagen sólida. Ni siquiera le están causando un daño excesivo, por el momento, los devaneos con Vox. Feijoo sigue siendo visto como un tipo de derechas, no excesivamente ideologizado y poco amigo de los líos y de las extravagancias. Como a él mismo le gusta definirse, es previsible. Enfrente tiene a un Sánchez que se ha convertido en el peor enemigo de sí mismo. Porque todos los días, cuando se despierta, sus hechos, sus cambios, sus amigos, están ahí.

Y ahí radica el meollo del asunto, que si nos olvidamos de las cuestiones ideológicas y partidarias hay menos razones para creer en Pedro Sánchez que las que pueda haber para no creer en Alberto Núñez Feijoo.


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