La Voz de Galicia

¿Y si el anillo fuese de Egeria, la peregrina a Jerusalén?

Opinión

J. Eduardo López Pereira Catedrático de Filología Latina en la Universidade da Coruña

15 Aug 2023. Actualizado a las 05:00 h.

No es una afirmación. Lo planteo como un interrogante a propósito de Egeria, la escritora y peregrina gallega a Jerusalén en el siglo IV, que en el momento actual está plenamente de moda. Hace apenas tres o cuatro décadas pasaba totalmente desapercibida, y tan solo en los círculos académicos merecía alguna atención. Pero en los tiempos más recientes, y especialmente en los últimos meses, se acumulan las noticias y las referencias a esta mujer.

 

En noviembre del 2022 era el Concello de Santiago el que dedicaba una plaza a la personalidad de Egeria, en la puerta de entrada del Camino, a la altura de Concheiros, que, de alguna manera, recuerda con una escultura, en la que se incrustan un par de frases tomadas del texto latino de nuestra peregrina, la relación con Galicia de esta mujer que, en el año 380, emprendió un viaje de peregrinación a Jerusalén y nos transmitió, día a día, sus vivencias y sus sacrificios. Continuaba así Santiago lo que ya la Universidad de Vigo había iniciado, al recordar a la primera mujer escritora cuya obra ha llegado hasta nuestros días, dando su nombre al edificio del rectorado de su universidad.

Luego fue el director de Turismo de Jordania quien, en Fitur, se mostraba orgulloso de que Egeria «hubiera recorrido parte de nuestro país y lo dejara por escrito». «Para mí —decía—, Egeria es la turista perfecta, así que animo a visitar nuestro país». Y anunciaba además que, desde el 21 de julio, un vuelo diario une Compostela con Jordania, con la intención del hermanamiento del Camino de Santiago y el Camino de Egeria.

Pero un cúmulo de conjunciones se dieron en torno a la fiesta de Semana Santa y Pascua, cuando aparece, con el impulso y el apoyo de la Consellería de Educación, Cultura, Formación Profesional y Universidades, una edición digna de bibliófilo de la obra de Egeria, traducida del latín al gallego y al español, con magníficas acuarelas de la pintora almeriense Rosa Rodríguez. Sería pura coincidencia, pero el Sábado Santo, La 2 de Televisión Española estrenaba el documental titulado Egeria, la primera peregrina, dirigido por Luís Menéndez.

Por si esto no fuese ya suficientemente llamativo, al día siguiente, Domingo de Pascua, el cardenal Joan Josep Omella, arzobispo de Barcelona, en su carta Un testimoni del Diumenge de Rams, después de hacer referencia al texto evangélico sobre el episodio de la entrada de Jesús en Jerusalén aclamado por una multitud acompañándolo con ramos, recordaba que «uno de los primeros testigos que conservamos de esta fiesta entrañable es lo que nos narra Egeria, una peregrina hispana del siglo IV». Continuaba luego el cardenal explicando el testimonio que ha llegado hasta nosotros, gracias al detallado y minucioso relato que nos dejó por escrito nuestra primera peregrina a Jerusalén.

Con ser todas estas, y algunas otras recientes que no voy a traer a colación aquí, referencias muy significativas para conocer la importancia de nuestra escritora, hay sobre todo una de especial consideración por mi parte, que es la que me ha llevado a hacer esta reflexión.

Se trata de una noticia de prensa, publicada en el periódico El Debate el 5 abril, miércoles de Semana Santa, en la que Cayetana H. Johnson, arqueóloga en los santos lugares y profesora en la Universidad San Dámaso de Madrid, nos informaba de algunos e importantes hallazgos arqueológicos en los mismos, entre ellos un anillo encontrado en el verano del 2017, del que dice lo siguiente: «Es un anillo de peregrinación femenino que está representando el Evangelio de Mateo. Se ve a dos señoras que van a la tumba de Jesús y al otro lado hay un angelote sentado, que es el que les dice que ‘a dónde vais'. Es maravilloso: forma parte de lo que conocemos como eulogia, que son los objetos sagrados que se compraban en Tierra Santa. Se ve que todo el mundo quería tener ese recuerdo y este es un anillo que perdió una señora en un camino de peregrinación… Así que encontrar ese anillo refleja, por un lado, el valor sentimental y piadoso que tiene esta señora que ha perdido el anillo».

¿Y por qué no podría ser un anillo-recuerdo de Egeria, quien con frecuencia hace referencia a las eulogia que recibía de los monjes que la acompañaban?


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