La Voz de Galicia

El arte de perderse

Opinión

Cristina Sánchez-Andrade Escritora, premio Julio Camba

03 Jan 2024. Actualizado a las 08:45 h.

En De bestias y aves, la novela de Pilar Adón, Premio Nacional de Narrativa 2023, hay una mujer que se pierde en un lugar remoto. Tras conducir durante horas, va a dar con una casa en la que solo hay mujeres que llevan a cabo extraños ritos y celebraciones. Durante toda la novela, el deseo de la protagonista es escapar de ahí, deseo que se contrapone con lo que escucha de manera reiterada en boca de las mujeres que la acogen: que tal vez no quiera irse y que esa casa es el lugar en el que llegará, por fin, a descubrirse a sí misma.

 

Nos enseñan a apegarnos a las cosas, al tiempo y a las personas, sin que nos demos cuenta de que todo lo que tenemos contiene en sí mismo el germen de la pérdida. Hasta del sentido de pertenencia, tal vez nuestro bien más preciado y reconfortante, pues es el que nos ayuda a echar raíces, tendríamos que ser capaces de desprendernos. Pero, ¿uno puede aprender a perder y/o a perderse como Cora, la protagonista de este libro? Tal vez, pero cuando perdemos, nos arrancan un pedazo de nosotros mismos y nos desangramos por dentro. Duele, es cierto, pero, como todo, también se aprende. «No es difícil dominar el arte de perder», dice Elizabeth Bishop en el bellísimo poema titulado Un arte. «Practica entonces perder más, y más rápido:/caras, y nombres, y los sitios que pensabas/conocer. Nada de esto acarreará un desastre».

La filosofía oriental nos recuerda que lo que genera el sufrimiento es el deseo, que es lo contrario a la pérdida. Acumular, poseer; nunca soltar. Queremos tenerlo todo y atesorarlo todo, incluso a pesar de que no hagamos uso de nada de eso que guardamos. En la novela, Cora necesita aprender a perderse para encontrarse. Necesita perderlo todo, perderse a sí misma para perder —definitivamente, pues todavía carga con el recuerdo— a su hermana, muerta hace años. Todo esto y mucho más (las lecturas son tantas como los lectores) está en De bestias y aves. Un libro lleno de sabiduría. Un libro crudo y hermoso.


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