Demanda de cobre

Para fabricar un coche eléctrico se necesitan entre 75 y 90 kg de cobre, que es, aproximadamente, el triple de cobre que se requiere para fabricar un coche de combustión (de gasolina o de gasoil). El cobre para fabricar el coche eléctrico se distribuye así: las baterías de litio contienen unos 40 kg de láminas de cobre, 10 kg de cobre están en el motor eléctrico de propulsión, 34 kg de cobre en los cables eléctricos de alta y baja tensión y 5 kg en otras partes del coche, como elevalunas, etcétera.

 A eso hay que añadir que las minas de cobre son limitadas en su ubicación y en su producción y que las controlan determinadas naciones.

Además de la demanda de cobre para la fabricación de automóviles eléctricos, también está la necesidad de cobre en la electrificación de las vías del ferrocarril, en el transporte de la energía eléctrica desde las centrales de producción a los centros de consumo.

Recientemente se ha producido un robo de cobre en los ferrocarriles de cercanías de Barcelona, paralizando el transporte y generando un tremendo caos. No es el primer robo de cobre, ni será el último, porque el cobre alcanza precios elevados en el mercado y más que va a aumentar con las necesidades de cobre para la fabricación de automóviles eléctricos.

El cobre se encuentra nativo en algunas zonas, pero, la mayor parte de las veces se presenta en forma de compuestos: cuprita, calcosina, calcopirita, malaquita, azurita, etcétera.