La Voz de Galicia

Los relatos épicos y de saldo de la ultraderecha

Opinión

César Rodríguez
Alvise Pérez, líder y eurodiputado de Se Acabó La Fiesta.

14 Jun 2024. Actualizado a las 19:00 h.

Cuando un candidato conocido por difundir bulos, con un historial de condenas, crea una marca propia, sin programa ni medidas, y consigue 800.000 votos en las elecciones europeas, la sociedad entera debe reflexionar.

El ultraderechista sevillano Luis Alvise Pérez, ausente de los circuitos clásicos de campaña, fue a las urnas con tres armas: la primera, un discurso facilón, agresivo y populista, aliñado con cuatro eslóganes de usar y tirar (como Ruiz Mateos en 1989); la segunda, su predicamento en redes, sobre todo en los territorios comanches de Telegram, donde anidan antivacunas, negacionistas de la violencia de género y conspiranoicos, libres para decir cualquier barbaridad; y la tercera, la complicidad de programas de la tele que hacen entretenimiento frivolizando con la información.

¿Con qué parte del electorado conectó? Geográficamente le fue mejor en Andalucía y en Levante. Y peor donde suele pinchar Vox, como Galicia o el País Vasco. Socialmente, los estudios preelectorales apuntaban que los hombres jóvenes de derechas eran los más proclives a votarle. 

Se está perfilando una gran división política por sexo. Ellas son sabias al no sumarse a la ola reaccionaria. Con los ultras corren peligro derechos como el aborto, avances igualitarios y la convivencia pacífica democrática. A ellos los seducen con un relato épico. Son buenos narradores, como dice el escritor búlgaro Gueorgui Gospodínov, y saben aprovechar el descrédito de las fuerzas políticas tradicionales, pero no se engañen, detrás no hay nada de nada. Solo mercancia estropeada vendida como si fuera un chollo. Nada que pueda hacernos vivir mejor.


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