¿Están nuestros jóvenes a la puerta de otros felices años 20?
Opinión
18 Jun 2024. Actualizado a las 11:31 h.
Para combatir a los pesimistas económicos (aquellos que piensan que el mundo no mejora), Max Roser, el economista y filósofo de la Universidad de Oxford que dirige el proyecto Nuestro mundo en datos, resumió 220 años de la historia del mundo en seis gráficos que muestran cómo se han reducido la pobreza extrema en el mundo, el analfabetismo, las tasas de mortalidad infantil y la fracción de población que no vive en democracias; y cómo aumenta la fracción de la población vacunada y la que alcanza niveles de educación superiores.
Sin embargo, en el 2017, se les pregunto a 26.489 personas de 28 países: «¿En los últimos 20 años, la proporción de la población mundial que vive en la pobreza extrema ha disminuido, aumentado o se ha mantenido igual?». La mayoría de la gente (52 %) respondió que la proporción de personas que viven en la pobreza extrema está aumentando.
Algo parecido ocurre con nuestras creencias sobre el futuro de nuestros hijos. El pasado mes de mayo se presentaron los resultados del año 2022 de la Encuesta Financiera a las Familias, del Banco de España. La mayoría de los medios, que tienen tendencia a sobrestimar la importancia de los datos negativos, concluyo que los jóvenes son cada vez más pobres. El argumento: la riqueza de los mayores de 70 años es casi el triple que la riqueza de los jóvenes.
Pero esta comparación es errónea. Para medir si nuestros hijos vivirán mejor hay que comparar la riqueza que tuvieron sus hermanos mayores o sus padres cuando también eran jóvenes (y no cuando son viejos).
Así es como Kevin Corinth y Jeff Larrimore, economistas de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal, midieron el progreso intergeneracional en EE.UU. Y claro, sus hallazgos (publicados en febrero de este año) desmienten, una vez más, a los pesimistas económicos: todas y cada una de las últimas cinco generaciones de estadounidenses estaban en mejores condiciones que la generación anterior.
En particular, nuestros hijos (los nacidos entre finales del XX y principios del XXI, conocidos como los zoomers) son inesperadamente más ricos que sus hermanos mayores (los millennials, nacidos entre 1980 y primeros 90) o sus padres los boomers (nacidos entre 1965 y los 70).
Los resultados de Corinth y Larrimore fueron objeto en mayo de un artículo en The Economist, que hizo énfasis en explicar que parte del buen desempeño económico de nuestros hijos se debe a que en la OCDE en general (y en España y en Grecia en particular) hoy tenemos tasas de desempleo juvenil más bajas y jóvenes mejor educados.
Así que, ¿de verdad le puede ir a España peor de como le está yendo a los jóvenes en el resto del mundo desarrollado? Yo no lo creo. Según los datos de la ganancia media anual por trabajador (publicados por el Instituto Nacional de Estadística), la Generación Z española (los nacidos después de 1996) está ganando a los 20-24 años un 15 % más que los millennials cuando tenían la misma edad.
¿Y si nuestros hijos de 20-24 años están empezando a vivir unos nuevos felices años 20 y nosotros nos negamos a admitirlo? Por supuesto, como todas las generaciones anteriores, tendrán que superar el problema de acceder a la vivienda y sufrirán alguna recesión. Pero al final del día vivirán mejor, porque el progreso económico no es otra cosa que el fruto del trabajo anónimo de muchas personas que todos los días (por interés o por altruismo) se empeñan en hacer mejor su trabajo… aunque ello no suela ser noticia en los medios de comunicación.