La muerte de las estrellas
Opinión
25 Jun 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Todo lo que nace acaba muriendo, dice el aforismo y, de la muerte no se libran ni las estrellas. Después de transcurridos cientos (o millones) de años tras su nacimiento, las estrellas acaban falleciendo.
La vida de las estrellas se basa en la generación de energía a través de las reacciones de fusión: átomos pequeños (isótopos del hidrógeno) se unen (se fusionan) formando átomos un poco más grandes (helio), desprendiendo una gran cantidad de energía. Este proceso de fusión, en las estrellas, se produce fácilmente porque se dan las circunstancias adecuadas para conseguir presiones y temperaturas muy elevadas necesarias para conseguir la fusión. En la Tierra está resultando prácticamente imposible lograr reacciones de fusión controladas y mantenidas en el tiempo.
La muerte de una estrella se produce cuando el proceso de fusión decae (porque se agota el combustible, o por otras razones) y comienza a enfriarse. Al final del proceso se convierte en una estrella enana blanca o en una estrella de neutrones. Una enana blanca es una estrella de alta temperatura superficial y de un tamaño similar al de la Tierra y de elevadísima densidad.
La estrella de neutrones es la fase final de una estrella con masa comprendida entre 2,2 y 6 veces la masa del Sol. Tiene pocos kilómetros de diámetro y está constituida por neutrones, originados a partir de protones y electrones que se han unido forzados por la fuerza de la gravedad.