Alternativas a «phubbing»
Opinión
15 Mar 2025. Actualizado a las 05:00 h.
E l lector seguramente reconoce a alguien que puede ser considerado adicto al teléfono móvil o a algún dispositivo electrónico, adicción que lo lleva a ignorar a las personas y las cosas que lo rodean, incluso durante una reunión familiar o en el trabajo o el estudio. Ese problema se conoce como phubbing, que surgió en Australia en el 2009. Es un acrónimo formado a partir de phone ‘teléfono’, y snubbing ‘ninguneo, desaire, desprecio’. Aunque podría nombrarse ese fenómeno como adicción al móvil, se busca un término que refleje su efecto, el aislamiento social. El intento se pone tanto en dar con una adaptación de la voz inglesa al español como en crear un término nuevo. Entre las españolizaciones propuestas están fubin, que refleja la pronunciación más usual por aquí de phubbing; fabin; fúbing y fábing, que mantienen el grupo consonántico final -ng, que la Academia rechaza. Con fubeo y fabeo crece el distanciamiento del original.
Donde se han alcanzado altas cotas de creatividad es a la hora de idear neologismos españoles. Los más llamativos, por poco operativos, son enmovilmismamiento, enmovismamiento y movilmismamiento. ¿Se imaginan a alguien quejarse a su cónyuge con un «Tu movilmismamiento me desespera»? Opciones más breves son movilmanía, moviladicción, telefonofobia... El problema de este último es que tiene un sentido contrario al buscado, pues el elemento compositivo -fobia significa ‘rechazo, aversión’, lo que lo hace adecuado para quien no quiere saber nada del teléfono. Movilmanía es la inclinación excesiva o el impulso obsesivo hacia el teléfono móvil, pero no refleja el aislamiento social, elemento esencial del fenómeno. Tiene un sentido más preciso ningufoneo, formado con teléfono y ninguneo. Y con este surge el verbo ningufonear. En la Academia dicen que estos son «alternativas posibles» en español a phubbing. Es la opción que ha tomado la Wikipedia para titular el artículo que dedica a este asunto. Más allá de dar con el término idóneo, lo importante es evitar o superar la adicción al móvil y sus indeseadas consecuencias. Porque, como escribió en estas páginas un colega, la sobreexposición a las pantallas nos convierte en personas dispersas y poco empáticas, en juguetes rotos.