El hijo de Conchita
Ourense
La iglesia de San Cibrán de Meréns fue escenario de una peculiar eucaristía Devoción, absoluta y en estado puro. Recelo, callado y contenido. Curiosidad, mucha curiosidad y expectación fueron las sensaciones y sentimientos que se agolparon en el interior y en el entorno de la iglesia de San Cibrán de Meréns, en Cortegada. La cita se fijó para las 12.00 horas del 11 de agosto y se convocaba a todos los devotos y fieles de la obra de la virgen Conchita. Una mujer que, admirada y venerada por unos y símbolo de fraude para otros, deja a muy pocos indiferentes.
11 Aug 2001. Actualizado a las 07:00 h.