31 Jan 2009. Actualizado a las 02:00 h.
La diputada Rosa Díez volvió ayer a Ourense cinco años después de su última visita. Entonces lo hacía como candidata del PSOE para las elecciones europeas pero ahora, como líder nacional del partido Unión, Progreso y Democracia (UPyD). La formación se presenta por primera vez a las autonómicas gallegas y ella venía ayer a respaldar la candidatura ourensana, encabezada por Aser García Pereira, de 44 años y electricista de profesión.
Antes de comenzar el mitin, sin embargo, tuvo que contestar a las preguntas de los periodistas sobre la crisis interna vivida en el partido en Ourense. Además, los que fueran candidatos en las generales, ahora excluidos, estaban en el Simeón e incluso saludaron a la diputada al acabar el mitin. Díez negó dificultades a la hora de confeccionar la lista derivadas de esa división y respondió así a la pregunta de si afectará a los resultados de UPyD el 1-M: «No afectará porque nuestras candidaturas, aquí como en Coruña, están formadas gentes generosas y altruistas que han dado el paso al frente para ofrecerse representar a sus conciudadanos. Han demostrado que hay un civismo muy por encima de lo que se quiera pensar porque la gente a veces quiere ir a pedir cosas a la política y no a ofrecerse».
Ya ante el centenar de personas reunidas en el Centro Cultural de la Diputación, Rosa Díez centró en criticar los «corralitos» de PP y PSOE. Del BNG dijo que deja claros sus planteamientos nacionalistas a sus votantes y, por eso, «a lo que es alternativa este partido es a PSOE y PP, que aparentemente son partidos nacionales pero que están dispuestos a cualquier cosa para mandar», explicó la diputada ex socialista.
Díez hizo especial hincapié en el supuesto problema lingüístico existente en Galicia, que fue ejemplificado por el candidato ourensano con las dificultades para entenderse entre su hijo gallego y su sobrino catalán cuando juegan juntos.
Sobre las expectativas de respaldo de la sociedad a su proyecto político, Rosa Díez dijo que existe hasta un 15% de ourensanos descontentos con los dos grandes partidos, lo que bastaría para obtener representación.