La Voz de Galicia

Más felicidad, por favor

Ourense

sabela pillado

27 Apr 2011. Actualizado a las 06:00 h.

«Happythankyou- moreplease»

Director: Josh Radnor. Intérpretes: Josh Radnor, Malin Akerman, Kate Mara, Zoe Kazan.

«Feliz-gracias-más-por-favor» es el tantra que, en cierto momento de la película, enuncia uno de los personajes, y que es la traducción de un título tan largo y aparentemente complejo como Happythankyoumoreplease, así todo junto y del tirón.

Happythankyou? etcétera, etcétera es una de esas que se han dado en llamar «comedia generacional», historias cruzadas de un grupo de amigos (mención especial para Malin Akerman) en torno a la treintena, perdidos en su propia vida, en sus aspiraciones laborales y en su devenir sentimental. Una fauna neoyorquina en las antípodas de Sexo en Nueva York, en una ciudad que conserva su aura de mundo intelectual-bohemio y referencias al cine de Woody Allen (cuando a este aún no le daba por hacer turismo en capitales europeas y era el mejor retratista de un Manhattan muy personal).

Encabeza este grupo un Peter Pan con sueños de escritor que se niega a madurar y asumir responsabilidades, hasta que un niño perdido y una camarera de nombre casi tan largo como el título, le hacen replantearse unas cuantas cosas de su vida. Este escritor en ciernes, que no consigue dotar a sus novelas de la sustancia necesaria para destacar, está interpretado por Josh Radnor, conocido por aquí por la televisiva de Cómo conocí a vuestra madre, que hace triplete (es también director y guionista), y se desmarca con una película indie de cuño Sundance, ese festival creado por Robert Redford que hace años dejó de ser oportunidad y cantera de originalidad y nuevos talentos, para derivar, en general, hacia un cine independiente de diseño en una cita anual a la que las majors acuden en busca de nuevas presas.

Radnor ofrece en su debut detrás de las cámaras un filme que sigue las corrientes de pensamiento new age, que tan de moda están entre los estadounidenses, del pensamiento positivista que invita a tirar hacia adelante en la vida. Así, sirve una comedia agridulce que combina naturalismo con otras situaciones más forzadas, pero con un poso que, ante todo, desprende buen rollito y optimismo, de esos que hacen que uno salga con buen cuerpo de una película e intentando repetir el tantra que le da título.


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