El banquero y el cura
Ourense
10 Dec 2011. Actualizado a las 06:00 h.
Será por la proximidad de la Navidad, que siempre activa los afectos, o será por un concepto de la justicia, quizá arcaico, pero la realidad es que desde hace días su persona, estimado Benigno Moure, alma máter de la Fundación San Rosendo, no deja de estar presente en mi mente. Ya sé que ahora está, como siempre, trabajando en lo que fue su vida, la atención a los mayores después de que el Gobierno de España, presidido por el líder del PSOE, le hubiese denegado el indulto tras la sentencia del Supremo por la apropiación del capital de una anciana. Su presencia en la cárcel no hizo decrecer su espíritu de trabajo. Y me alegro. Me había parecido una injusticia la denegación del indulto y el interés del PSOE en meterlo entre rejas. Ahora, cuando veo que el mismo gobierno le concede el indulto al vicepresidente y consejero delegado del Banco de Santander, Alfredo Sáenz, se me reavivan los sentimientos de injusticia. ¿No le parece una sinvergonzonería que el partido de los obreros (que así se sigue llamando), fundado por el obrero Pablo Iglesias, libere de la cárcel a uno de los banqueros más poderosos de España y que, en cambio, haya sido implacable con un cura de provincias que no hizo en su vida (error sentenciado al margen) otra cosa que ayudar a los necesitados? Para su perdón no valieron 25.000 firmas, ni las manifestaciones de líderes sociales, ni su trayectoria de décadas de servicio a los desfavorecidos. Para el banquero fue suficiente una llamada telefónica. a pesar de que el Supremo se había posicionado en contra: «No se aprecia la concurrencia de razones de justicia o equidad para la concesión del indulto». Lo que era negro para un cura es blanco para un banquero. Y no olvide que el ministro de Justicia, del PSOE, era el mismo solo que en el perdón al banquero ya estaba en funciones lo que hace más reprobable el favor del partido de izquierdas al representante del gran capital y más doloroso el castigo al cura de provincias.